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23. Las infantas Blanca y Leonor de Navarra Trastamara

1  Blanca toma partido por el Príncipe 2  Leonor lleva Navarra hacia la órbita de Francia
3  Leonor, “ reina por un día “


1 Blanca toma partido por el Príncipe

A la muerte el 23 de septiembre de 1461 del rey de derecho, el Príncipe Carlos de Viana, los derechos sucesorios recaen en su hermana Blanca.

La infanta había nacido en Olite en 1424, casando en Valladolid el 15 de septiembre de 1440 con el príncipe de Asturias, el futuro Enrique IV que sucederá en el trono a su padre Juan II de Castilla en 1454. Ambos contrayentes tenían 16 años. Había sido en septiembre de 1436 cuando se acordó el matrimonio en ocasión de suscribir el tratado de Toledo.

Desde que don Álvaro de Luna había conseguido en 1429 unir a los nobles castellanos en torno a su persona y al rey Juan II de Castilla, el infante don Juan de Aragón - desde 1425 rey consorte de Navarra - había sido expulsado poco después de Castilla, habiendo quedado confiscados prácticamente todos sus bienes. Pero a pesar de ello don Juan no había cejado en su empeño de aglutinar en el “partido aragonés” lo más influyente de la nobleza, incluso el propio príncipe de Asturias que ahora iba a casar con su hija Blanca.

Cuando don Juan entra en Castilla en junio de 1440 en ocasión de esta boda - aunque con cierta anticipación de fechas pues la boda no se celebraría hasta septiembre -es amistosamente recibido por los nobles castellanos que desde hacía ya algunos años se mostraban descontentos con el gobierno personal y tiránico de don Álvaro. Su futuro yerno, el príncipe de Asturias don Enrique, estaba entonces enfrentado a su padre el rey Juan II de Castilla y más cercano a su madre aragonesa María de Aragón, hermana del rey Alfonso V el Magnánimo y de don Juan, su futuro suegro.

La reina María no mantenía buenas relaciones con su esposo el rey castellano y alentaba tanto el “partido aragonés” como las rebeldías de su hijo el príncipe de Asturias. Don Juan estaba consiguiendo un importante logro al convertir a su hija Blanca en princesa de Asturias. A los nobles castellanos no se les escapaba este hecho tan significativo, tanto más cuanto que veían al príncipe Enrique en animada unión y amistad con su futuro suegro. Navarra y Aragón estaban con él y como él, contra su padre, habría pensado el joven príncipe de 15 años de edad el día de su boda. Seguramente para el príncipe de Asturias - influído por su madre aragonesa doña María - esta boda “aragonesista” reforzaba la oposición a su padre el rey Juan II de Castilla dado que don Juan era su principal enemigo. La boda no pudo gustar ni a don Álvaro de Luna ni al rey castellano y prueba de ello fue el boicot que hizo el propio Rey a los actos de celebración y festejos de la boda.

Don Álvaro no acude a los variados festejos que se celebran en ocasión de la boda real (1) y el Rey mostraría contrariedad por la presencia en Castilla de un rey de Navarra intrigador, cuyo “partido aragonés” sólo podía salir reforzado con esta boda. Convino así el Rey que numerosas celebraciones prenupciales fueran canceladas por los accidentes que ocurrieron en un torneo celebrado ante los reyes de Castilla y de Navarra y la muerte de Pedro Manrique, Adelantado de León y cabeza del importante linaje de los Manrique, que puso de luto a prácticamente toda la nobleza castellana.

La boda no fué suspendida por ello, pero en vez de celebrarse en la catedral de Valladolid lo fué en la capilla privada de palacio. Antes de la boda, la infanta Blanca acudió al Alcázar en un hermoso palafrén, acompañada por su madre la reina Blanca I de Navarra Evreux que montaba una mula. No les recibió el rey Juan II de Castilla sino la reina María de Aragón. Después de una breve ceremonia de boda no hubo ningún festejo ese día hasta llegada la noche en que la reina María ofreció una comida, a la que tampoco asistió el Rey.

Las crónicas de la época refieren que el matrimonio no llegó a consumarse.

“la boda se hizo quedando la Princesa tal cual nació,
de que todos ovieron grande enojo

Al cabo de casi 11 años de matrimonio, el 27 de julio 1453 el Príncipe de Asturias - reputado impotente - obtiene divorcio de Blanca de Navarra habiéndolo declarado el administrador del obispado de Segovia, Luis de Acuña, y confirmado por el Arzobispo de Toledo por comisión especial del pontifice Nicolás V (1447-1455). Al año siguiente, en 1454, muere el rey de Castilla Juan II y accede al trono el príncipe Enrique, que casará en segundas nupcias en 1455 con Juana de Portugal, un gesto que lo alejaba del “aragonesismo”de su primer matrimonio.

¿Qué motivó el divorcio de 1453?, de no haber sido por la creencia de que la “mudanza de mujer” quebraría el hechizo oculto a que estaba sometido el Príncipe por su impotencia. Como no fuera, más bien, porque entonces el Príncipe de Asturias fomentaba la discordia en Navarra ayudando a los beamonteses mientras el príncipe Carlos de Viana se encontraba prisionero de don Juan tras la batalla de Aibar. Intentando quizá así comprar una alianza con don Juan desde la enemistad, para encontrar apoyo en su afán de quitar el gobierno de Castilla a su padre el rey. Don Álvaro de Luna ya no era obstáculo pues había subido al cadalso en junio de ese año 1453.

Blanca vuelve a Navarra tras su divorcio y se encuentra con su hermano Carlos que acababa de salir de prisión el 12 de julio. Se encuentra entonces con un reino en plena efervescencia de luchas entre las facciones beamontesa y agramontesa. Blanca toma partido abiertamente por su hermano Carlos y esto hará que don Juan llegue a acuerdos con su hija Leonor y su yerno el conde Gaston de Foix para hacer a éstos herederos del trono de Navarra, postergando tanto al primogénito Carlos como a su hermana Blanca. Son los acuerdos de la concordia de Tafalla que se preparan a finales de 1455 como un chantaje, una seria advertencia a los beamonteses para que dejen las armas.

Poco después, deprimido y desilusionado, el Príncipe marcha a Nápoles en busca del apoyo de su tío el rey de Aragón - Alfonso V el Magnánimo - y ya nunca volverá a Navarra, muriendo en Cataluña en septiembre de 1461. Blanca queda en Olite, siendo sus derechos dinásticos apoyados por los beamonteses. Pero con un gobierno que se encuentra bajo la lugartenencia de su hermana meno,r la infanta Leonor, cuya residencia se encontraba hasta entonces en Bearn con la familia de su esposo el conde de Foix. A partir de ahora, Leonor se acercará más a este lado de los Pirineos, estableciendo su cuartel general en Sangüesa.

Muerto el Príncipe en septiembre de 1461, todos parecen querer aclarar y favorecer sus respectivas posiciones. En diciembre de ese año el conde Gaston de Foix busca el apoyo del rey francés, concertando con Luis XI el enlace de su hijo y heredero Gaston con Madama Magdalena hermana del rey de Francia. El Rey exigirá para llegar al acuerdo matrimonial con su hermana que se formalice el nombramiento de su futura consuegra, la infanta Leonor, como sucesora en el Reyno de Navarra, para lo cual el rey francés plantea como condición indispensable la desaparición de la legítima heredera, la infanta Blanca. El rey de Francia ambicionaba traer a Navarra bajo la influencia francesa por lo que veía con buenos ojos un futuro rey de Navarra en la persona de un hijo de su hermana Magdalena. Pero la infanta Blanca se interponía en sus planes y para evitar que volviera a casarse había que mantenerla confinada o retenida en custodia.

Fue sin duda una buena astucia por parte de Gastón de Foix poner estas exigencias en la bandeja de condiciones del rey francés a quien - no era casualidad - don Juan estaba en ese momento solicitando para obtener de él ayuda financiera para sostener su difícil guerra en Cataluña. En efecto conseguiría así el rey francés que don Juan se aviniera a preparar el tratado de Olite que se firmaría unos meses después. Negociado ésto con la intervención de Mosén Pierres de Peralta y ya preparado el tratado para su firma en el mes de abril, el 7 de marzo de 1462 se celebra en Burdeos la boda entre Madama Magdalena y Gaston de Foix, primogénito de la princesa Leonor. A cambio de las promesas sucesorias formuladas por don Juan, su yerno el conde de Foix aceptó servirle en sus luchas contra Enrique IV de Castilla mientras que Luis XI de Francia le ayudaría en las guerras de Cataluña que no cesaban desde la muerte del príncipe de Viana en septiembre de 1461.

Esta fecha de la boda en Burdeos es clave pues en ella se puede dar por finalizado el período abierto en 1387 por Carlos III el Noble en el que Navarra quiso practicar una política de alejamiento de Francia y de mayor sintonía y cercanía con los asuntos de la Península. El infante don Carlos (III) había casado en 1375 con una castellana del linaje Trastamara - Leonor de Castilla - y el Reyno de Navarra se inclinó desde entonces a practicar una política más “peninsular”, más española. Ahora el II Príncipe de Viana ha casado con la hermana del rey de Francia. Desde ese momento, afirmada ilegítimamente la sucesión en favor de la dinastía de los Foix, protegida ésta entonces por el propio rey de Francia, Navarra comenzará a bascular hacia Francia lo que pondrá en difícil situación a los beamonteses, que acabarán dejando de sostener a la infanta Leonor.

También la reina de Aragón Juana Enríquez desata sus intrigas tras la muerte del príncipe Carlos para que todos los asuntos sucesorios, tanto en Aragón como en Navarra, queden definitivamente aclarados. Dos semanas después de la muerte del Príncipe, el 7 de octubre de 1461, las Cortes de Aragón reconocen a su hijo Fernando como heredero y sucesor a la Corona de Aragón, de modo que quedara bien superado que ni la infanta Blanca ni la infanta Leonor de Navarra Trastamara tendrían a ver con ese reino aragonés a pesar de los compromisos que en favor de las infantas había asumido don Juan en 1420, en ocasión de sus capitulaciones matrimoniales con Blanca de Navarra Evreux.

El 12 de abril de 1462 se suscribe finalmente el tratado de Olite por el que Leonor y Gaston de Foix reconocen a don Juan como rey propietario de Navarra y éste a su vez los reconoce a ellos como sucesores y con plenos poderes de lugartenecia del Reyno hasta el momento de la sucesión. La infanta Blanca debía ingresar en un convento y si ella se negaba se la confiaría a la custodia de su hermana Leonor. Y ésto fue lo que finalmente aconteció, tal como habían acordado Luis XI y Juan II de Aragón.

Don Juan trató de engañar a su hija Blanca haciéndole creer que viajaba a Francia para casar con el duque de Berry (2) y al no prosperar el engaño, ordenó al Condestable del Reyno Mosen Pierres de Peralta, que la condujera a la fuerza desde el castillo de Olite a los territorios de los Foix en Bearn.

Doña Blanca llega a Roncesvalles el 23 de abril de 1462 y todavía no sabe muy bien a donde está siendo llevada. Escribe allí una protesta afirmando que viaja en contra de su voluntad, advirtiendo que si un día llegara a abdicar en favor de su hermana menor Leonor habría sido por la fuerza y contra su voluntad. Advierte también que en caso de firmar su abdicación solo sería válida si lo hiciera en favor del rey de Castilla - su ex-marido el Príncipe de Asturias, entonces ya rey - o del conde de Armagnac (3). Al llegar a San Juan de Pié de Puerto en Baja Navarra, Blanca comprende que la llevan con engaño a la villa de Saint Palais y luego a Bearn - fuedo de sus cuñados los condes de Foix y señores de Bearn - y teme entonces no ya por su trono sino por su vida. Es entonces cuando otorga poderes al rey de Castilla, al conde de Armagnac, a Juan de Beaumont - el prior de la Orden de San Juan de Jerusalén - y a Pedro López de Irurita para que traten de conseguir su libertad, ofreciéndose en matrimonio con cualquier rey o príncipe que tuvieran a bien escoger para ella. El 30 de abril de 1462 hacía solemne renuncia de todos sus derechos al trono de Navarra en favor de su antiguo marido Enrique IV.

  Doña Blanca es conducida a Orthez en Béarn, entre Salies-de-Bearn y Lescar y entregada allí al Captal de Buch (4), primo hermano de Gaston IV conde de Foix el esposo de la infanta Leonor. Vivió en Orthez dos años y medio, confinada en la torre Moncada. El 2 de diciembre de 1464 muere en extrañas circunstancias - con sospecha de envenenamiento - justamente unos días antes de que don Juan hubiera aceptado bajo presión de los beamonteses celebrar Cortes en Navarra para dirimir las cuestiones de la sucesión al trono.

“con gran nota e infamia del conde de Foix
y de la infanta Dª Leonor, su mujer”

dice Zurita

Quedó enterrada en Nuestra Señora de Lescar. Tras la profanación del templo durante la revolución francesa, solamente queda hoy una urna bajo el suelo de la Catedral con posibles restos osarios de los reyes de Navarra.

Desde la renuncia que hizo doña Blanca de sus derechos sucesorios en favor del rey de Castilla en abril de 1462, los catalanes y Enrique IV pusieron en aprietos al rey viudo-consorte Juan II. La Diputación de Cataluña aceptó la renuncia y acudió a Enrique IV para reconocerlo como señor del Principado. Juan II había sido depuesto en Cataluña el 12 de agosto de 1462, y en noviembre Enrique IV aceptaba los derechos que le otorgó su ex-esposa Blanca. El rey de Castilla envía de inmediato un ejército a Navarra y otro a Cataluña en auxilio de la Generalidad, poniéndose al frente de este último ejército Juan de Beaumont, el Prior de la Orden de San Juan de Jerusalen, hermano de Luis III de Beaumont, II conde de Lerín.

Enrique IV no creía - y menos los nobles castellanos - en la aventura catalana pero acariciaba la idea de que don Juan, bajo el hecho consumado de la presencia de dos ejércitos en Navarra y en Cataliña, podría avenirse a negociar la entrega del trono de Navarra volviéndose atrás en los acuerdos de Olite de abril de 1462 por los que había nombrado sucesores a los condes de Foix. A cambio, el rey castellano no molestaría a don Juan ni en Aragón ni en el Principado catalán.

Don Juan de Aragón y Enrique IV habían solicitado al rey francés un arbitraje sobre estos asuntos. El 23 de abril se da a conocer la sentencia de Bayona por la que Luis XI declaraba que tanto Navarra como el Principado de Cataluña estaban obligadas a reconocer como su rey a Juan II. Y trataba a los Foix como futuros reyes debiéndose compensar a Enrique IV por sus gastos en la guerra de Cataluña y entregando a Castilla la merindad de Estella. Luis XI aprovechó este arbitraje para conservar el Rosellón y la Cerdaña como premio a su gestión.

Por oposición de las dos facciones (5) navarras - beamonteses y agramonteses - la merindad de Estella nunca se entregó pero Castilla encontró un apoyo legal para retener indefinidamnente las fortalezas de los Arcos, Laguardia, San Vicente, etc. que ocupaban desde hacía algunos años. Gaston de Foix, queriendo expulsar completamente a los castellanos de Navarra consiguió apoderarse en 1466 de la villa castellana de Calahorra para cambiarla por los castillos de la Sonsierra y Los Arcos, pero aceptó retirarse de Calahorra ante ciertas ofertas que le hicieron los nobles castellanos que nunca se cumplieron. Sitió después Alfaro pero no pudo tomarla ante la llegada de tropas castellanas al mando de Alonso Ramírez de Arellano, señor de los Cameros, y se retiró a Tudela (6).

Enrique IV tampoco queda satisfecho con el arbitraje y poco después de rendirse éste se entrevista el 28 de abril de 1463 con Luis XI a orillas del río Bidasoa. Había llegado Enrique IV acompañado de su favorito Beltrán de la Cueva, duque de Medina, rodeado del mayor lujo que se podía. La nacela o pequeña embarcación con la que el rey Enrique IV atravesó el río Bidasoa llevaba una vela de “paño de oro”. La entrevista - “no se gustaron mucho” dice el cronista - significó una ruptura entre ambos soberanos. Intentó entonces Enrique IV animar a los catalanes ofreciéndoles su ayuda pero éstos le dijeron que ya era demasiado tarde pues habían elegido otro señor para ellos, don Pedro de Portugal.

Doña Blanca - reina de derecho de Navarra desde la muerte de su hermano Carlos de Viana en 1461 - está todavía confinada en la torre Moncada de Orthez durante todos estos acontecimientos, pero con toda probabilidad no llegará a saber nada de lo que está ocurriendo. No sabrá tampoco que ya desde 1463 su hermana la infanta Leonor se autotitula:

«princesa primogénita, heredera de Navarra, infanta de Aragón y de Sicilia,
condesa de Foix y de Bigorra, señora de Béarn,
lugarteniente general por el serenísimo rey
mi muy reduptable señor e padre en este su reino de Navarra».

Tampoco conocerá otros acontecimientos que ocurren durante 1463 y 1464:

  • los beamonteses no cejan en su empeño por obtener su liberación, pero la presencia de tropas castellanas en Navarra les pone en una difícil situación. En cierto modo ésto - que rechazan - les acerca a don Juan y les impide enfrentarse a él en esas circunstancias. Pero no pueden pedir la ayuda a Enrique IV mientras exista la amenaza de la segregación de las tierras de Estella.
  • Juan II intenta atraer ahora a los beamonteses restableciéndoles en todas sus posesiones, incluyendo la espada de Condestable que pertenecía al conde de Lerín.
  • también la infanta Leonor firma en 1463 treguas con los beamonteses, lo que incita a la Infanta a concebir esperanzas de poder protagonizar una pugna con su padre por el trono.
  • en 1464 ha fallecido en Madrid Luis II de Beaumont, primer conde de Lerín, yerno de Carlos III el Noble. Su hijo Luis III es todavía muy joven y se dirige a Cataluña para intentar conciliar un arreglo con don Juan. También el obispo de Pamplona Nicolás de Chávarri busca una solución y obtiene en noviembre de 1464 un principio de acuerdo para que doña Blanca fuera puesta en libertad y juntamente con su padre don Juan y los condes de Foix pudiera asistir a unas Cortes que se convocarían para deliberar acerca de las medidas de pacificación. Al mismo tiempo Luis III de Beaumont consigue el 22 de noviembre un acuerdo con don Juan para liberar a Blanca de la custodia con su hermana Leonor y el conde de Foix, poniéndola en una villa de Navarra en donde se habrían de celebrar Cortes y decidir sobre la cuestión de la sucesión. Todos los beamonteses apoyan estos acuerdos desde Pamplona y reina optimismo en Pamplona acerca de una solución final al problema dinástico. Don Juan y los condes de Foix se sienten presionados.

Muy pocos días después, el 2 de diciembre, en sospechosa coincidencia de fechas, la doña Blanca muere de improviso en Orthez. Inmediatamente después la infanta Leonor comienza a titularse “Princesa de Viana”.

 

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2 Leonor lleva Navarra hacia la órbita de Francia

Nace Leonor el 2 de febrero de 1427 y es jurada por las Cortes en su lugar y grado en Pamplona el 9 de agosto de 1427, siendo los herederos legítimos que le preceden en los derechos a la corona sus hermanos el príncipe Carlos de Viana y Blanca. Era la hija tercera y menor de Blanca I de Navarra Evreux y de su esposo el infante don Juan de Aragón. Se acordó el 22 de diciembre de 1434 el casamiento de Leonor con el conde Gaston IV conde de Foix, celebrándose en 1441 y pasando a residir en Béarn en 1442 cuando la Infanta tenía 15 años de edad.

 

Gaston IV de Foix-Grailly-Béarn

ver Genealogía en la Casa de Foix-Béarn

 

Fue reina solamente durante 24 días. Su padre Juan II murió el 19 de enero de 1479, Leonor fue jurada reina en Tudela el 28 de enero y murió el 12 de febrero. Tuvo once hijos y por razón de los matrimonios de ellos fue:

Todavía en la guerra de los Cien Años, Gaston de Foix había ayudado en 1442 al rey francés Charles VII en la toma de Tartas y luego en 1449 en la del castillo de Mauleon, así como de las villas de Saint-Sever e Isle-en-Dodon. En recompensa de sus acciones fue nombrado en 1443 Lugarteniente General del rey de Francia en las tierras gasconas de Guyenne. En 1447 adquirió el vizcondado de Narbonne (8). En 1453 - en las postrimerías de la guerra de los Cien Años - ayudado por el conde de Dunois, tomó para el rey de Francia las villas de Dax, Burdeos y Bayona. Tomó también las plazas de Medoc y Cadillac, en donde ahorcó a Gaillardet que había tratado de asesinarle durante las negociaciones.

En 1458, como recompensa por sus servicios, Charles VII de Francia elevó a los condes de Foix a la dignidad de Par de Francia, obteniendo Gaston la mano de la princesa Madeleine con quien casó en 1462.

Mientras Gaston guerreaba contra los ingleses en Guyenne, la infanta Leonor llevaba el gobierno del Reyno de Navarra por cuenta de su padre don Juan en el período 1455 a 1479, primero con el título de “lugarteniente general de Navarra” (1455-1469) y después como “gobernadora de Navarra” (1471-1479). Anteriormente, desde 1451 Juan II había nombrado co-gobernadora con el Príncipe de Viana a su segunda esposa Juana Enríquez, pero ello provocó la rebeldía de su hijo incitado por los beamonteses y a partir de 1455 corrige don Juan este error diplomático utilizando para el cargo a su hija Leonor.

El comienzo de su gobierno desde Sangüesa en 1455 - que de hecho ejercieron Martín y Pierres de Peralta, jefes de los agramonteses - es a resultas de desheredar ilegítimamente don Juan a su hijo Carlos de Viana. Desde entonces, la infanta Leonor, motivada además por la ambición de su esposo Gaston IV de Foix, se convertiría en el instrumento de don Juan contra su hijo Carlos y cuando éste muere en 1461, contra su hija doña Blanca, a quien también desheredó aunque sin título para ello .

Mientras su esposo el conde Gaston IV de Foix tenía sus ocupaciones del lado de Francia, la actitud de la infanta Leonor hasta el año 1462 fue de absoluta sumisión y obediencia a su padre don Juan . Sin embargo, cuando su hijo Gaston casa en Burdeos el 7 de marzo de 1462 con la princesa Madeleine, Leonor y Gaston sintiéndose bien respaldados por el monarca francés, conciben la posibilidad de apartar a su padre don Juan del trono para coronarse ellos una vez fallecidos sus dos hermanos, Carlos de Viana (+1461) y Blanca (+1464). Y en este cambio de actitud es determinante:

  • el apoyo del rey de Francia Luis XI, quien se encuentra en posición ventajosa negociadora con su nuevo aliado Juan II de Aragón. El rey de Francia confía que gracias a su apoyo financiero y guerrero a don Juan en su conflicto en Cataluña tras la muerte de don Carlos, podrá obtener como contrapartida no solamente el Rosellón y la Cerdaña, sino también incluso el trono de Navarra para sus nuevos parientes los condes de Foix y la infanta Leonor de Navarra, en beneficio de su hermana Madeleine y del suyo propio, pues conseguiría que los nuevos Reyes de Navarra le rindieran vasallaje. Y debían hacerlo por razón de las extensas posesiones de los Foix-Bearn en territorio francés.

  • el apoyo de los beamonteses, que se han quedado huérfanos de causa tras la muerte de don Carlos (1461) y de su hermana Blanca (1464). El odio y rencor que les mueve contra don Juan haría que, aun con recelos, los beamonteses estuvieran dispuestos a sostener la legitimidad sucesoria que ahora correspondía a doña Leonor. Don Juan sigue apoyándose en los agramonteses encabezados por los Peralta. Los odios entre las facciones siguen acentuados como antes y el 23 de noviembre de 1468 el líder agramontés Mosen Pierres de Peralta se atrevió a asesinar al mismísimo obispo de Pamplona Nicolás de Chávarri, primer consejero de la gobernadora Leonor (9). Un obispo del que Mosen Pierres había sido antes su amigo e incluso había logrado en Roma su nombramiento.

En este distanciamiento, incluso conflicto, entre don Juan y su hija Leonor, ésta va tomando claramente un posicionamiento cada vez más “francés”. Así por ejemplo ya no sorprende a nadie que Leonor el 6 de diciembre de 1466 visite a Luis XI presentándose como buena francesa y ofreciendo la fidelidad de “aqueste reino que ha sido siempre a su ordenacion y mandamiento”. El rey francés veía claro que, con los Foix, Navarra volvería a ser - como en 1274-1328 - una zona de influencia de Francia. Los beamonteses se alejan entonces de Leonor e incluso surgen conflictos y hostilidades, lo que les coloca en una posición insostenible pues también mantenían luchas con los castellanos por su ocupación de varias plazas y villas en las tierras de Estella. En el mes de agosto de 1466 los catalanes habían tomado como su señor al rey Renato de Anjou con el apoyo de Luis XI, lo que provocó la ruptura de la alianza de éste con don Juan. Por ello no sería del agrado de don Juan ver a su hija Leonor presentarse ante Luis XI de la forma vasallática como lo hizo.

La infanta Leonor busca no obstante limar asperezas con su padre y hace para ello un acercamiento a su esposa la reina Juana Enríquez. El 20 de junio de 1467 se reúnen en Egea y se prometen recíprocamente ser “amigas de amigas y enemigas de enemigas”. Doña Leonor prometía a la reina Juana de Aragón reconocer y apoyar los derechos de Fernando a la Corona de Aragón, mientras que Juana declaraba que correspondía a los Foix toda la herencia de Carlos III, incluyendo el ducado de Nemours. Seguramente se insinuó en esta reunión la boda de una hija bastarda de Juan I I - doña Leonor de Aragón previa legitimación - con el joven de 17 años Luis III de Beaumont, II conde de Lerín. La boda se celebraría mas tarde en 1468.

El conde de Lerín firma el 28 de junio de 1467 un acuerdo de suspensión de hostilidades con los castellanos y recíproca paz. Preparaban así el camino para un entendimiento con Castilla. También Leonor firma con los beamonteses en Tafalla el 14 de agosto 1467 un acuerdo de suspensión de hostilidades, muy limitado en el tiempo, pues duraría solamente hasta el final de septiembre y que realmente significó la división de Navarra en dos obediencias distintas.

De poco sirvieron estos entendimientos. El líder agramontés Mosen Pierres de Peralta se atrevió a asesinar en Tafalla el 23 de noviembre de 1468 al mismísimo obispo de Pamplona Nicolás de Chávarri, primer consejero de la gobernadora Leonor. En mayo de ese mismo año, ante la noticia de que se habían entregado al infante Fernando de Aragón los señoríos patrimoniales de Gandía, Montblanch, Ribagorza y Balaguer - sin duda con el propósito de fortalecer la posición económica de Fernando ante el proyectado matrimonio con Isabel de Castilla -, los Foix habían presentado una firme protesta ya que todos los señoríos castellanos y aragoneses que Juan II poseía en 1420 habían sido vinculados, en razon de las capitulaciones matrimoniales de don Juan, a la sucesión de Blanca I de Navarra Evreux no así a la de Juana Enríquez. Juan II dejó pasar meses sin respuesta, que nunca fue satisfactoria.

En el invierno de 1468-1469 se consideraba inminente la ruptura entre Juan II y los Foix. Juan II anuncia el 11 de diciembre de 1468 la creación de un consejo de regencia para Navarra compuesto por seis personas que representaban los tres estamentos y transfirió al mismo todos los poderes de que gozaban los lugartenientes, que fueron suspendidos en sus funciones.

Coincide este período con la boda en 1469 de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón a quien poco antes se le otorgaba la dignidad de rey de Sicilia.

El 11 de mayo de 1469, por un acta firmada en Monzón, don Juan destituye a su hija Leonor en la gobernación de Navarra, nombrando en su lugar a su nieto Gaston que llevaba el título de II Príncipe de Viana. El caos llegó a extremos y la destitución de Leonor debió de interpretarse como una seria advertencia en el sentido de que la corona pudiera pasar directamente al hijo de Leonor, yerno del rey de Francia. Nada de lo que estaba ocurriendo, incluída la “concordia” de su esposa Leonor con Juana Enríquez - en la que intervinieron el arzobispo de Zaragoza y el obispo de Pamplona -, fue del agrado de Gaston IV conde de Foix. Sintiéndose respaldado por su consuegro el rey de Francia, vino entonces a Navarra para hacer valer sus derechos por las armas, renovando sus pretensiones a una independencia del trono frente a su suegro don Juan que estaba muy ocupado en Cataluña. Llegó Gaston a dominar entonces prácticamente todo el reyno.

Los beamonteses reaccionan ante estos acontecimientos deteniendo sus ataques a los castellanos. Don Juan viene a Navarra, lo que supuso un gran apoyo a los agramonteses, pero duró poco tiempo pues los asuntos de Cataluña le reclamaron enseguida. Don Juan tenía mucho más interés en asegurar el Principado dentro de la Corona de Aragón que mantener una Navarra fuera de la órbita de Francia.

Navarra se está encaminando ahora hacia la existencia de tres bandos. Los Foix apoyados por el rey de Francia, los beamonteses que ensayan una alianza con los castellanos de don Fernando e Isabel y don Juan siempre con sus leales y buenos guerreros agramonteses. Los conflictos a tres bandas son contínuos y no será fácil distinguir los enconos personales de las verdaderas diferencias legitimistas que causaron los conflictos.

Así las cosas, el primogénito heredero de Leonor y Gaston IV de Foix - Gaston de Foix, el que había casado con la princesa Madeleine de Francia hermana de Luis XI - muere a la edad de 26 años por la herida que le causó una astilla de su propia lanza al quebrarse contra la coraza de un caballero contrincante en un torneo, celebrado el 22 de noviembre de 1470 en Libourne, cerca de Burdeos,

Al cabo de seis meses, el 30 de mayo de 1471, Juan II y su hija Leonor ven la necesidad de entenderse y se entrevistan con sigilo en el palacio de Olite - Gaston de Foix quedando en Bearn -, trazando secretamente un plan de apaciguamiento para acabar con las facciones de beamonteses y agramonteses. Este plan preveía además - y ésto se hace público -, entre otras cosas, que don Juan seguiría ocupando el trono navarro hasta su muerte, habiendo de sucederle después Leonor y Gaston, que quedarían hasta entonces como gobernadores, esta vez con carácter de perpetuidad. Se declararía una amnistía general con liberación de prisioneros. Según los contratos matrimoniales de 1420 entre el infante don Juan de Aragón Trastamara y doña Blanca de Navarra Evreux, la corona de Aragón debía venir a los condes de Foix que en este concierto de Olite renuncian a sus derechos sobre Aragón. Los beamonteses se oponen a estos acuerdos que hubieran significado la pérdida del control que mantenían sobre la plaza de Pamplona en la que no consienten que ejerza Leonor su autoridad. Don Juan de inmediato vuelve a Cataluña.

Hallándose después Leonor en Sangüesa, llamó a Luis III de Beaumont y otros beamonteses para pedirles que acatasen lo acordado con su padre en Olite y se sometieran a la autoridad real. Recelosos de la Princesa se retiraron a Lumbier para deliberar y algún tiempo después el conde de Lerín le comunicó que no aceptaba lo pactado en Olite pues suponía la devolucion de muchas plazas en su poder, incluso Pamplona y quedar desarmado y a merced de sus enemigos. Es entonces cuando Leonor resuelve apoderarse de Pamplona por la fuerza y de sorpresa, con ayuda del bando agramontés.

Trazado su plan secreto, envía primero a sus embajadores para solicitar ser recibida. Luis de Beaumont contesta - siempre consciente de dónde estaba la legitimidad - que sería recibida

"como à Reina”
pero no
“como à gobernadora de su padre”
 

y le rogó que no trajese con ella al (5º) Mariscal Pedro I de Navarra para evitar alteraciones en Pamplona. Puesto que Leonor no se decidió a venir en esas condiciones, Luis de Beaumont marchó a su condado en Lerín dejando Pamplona en el gobierno de su hermano Felipe. Leonor decide sin embargo seguir adelante con su plan y decide entrar en Pamplona secretamente por el portal deZapatería - del que tenía las llaves el cabo Ugarra, regidor de la Población de San Nicolás, que hizo traición - acompañada precísamente del 5º Mariscal del Reyno Pedro I de Navarra y sus hombres agramonteses, contraviniendo al ausente conde de Lerín. Era de noche en Pamplona y la partida fue sorprendida en el citado portal por el mozo del hornero de pan, que dió aviso a su amo y éste al comandante de la plaza, Felipe de Beaumont. Para entonces Leonor ya había entrado en la ciudad. El Mariscal Pedro de Navarra, al ser sorprendido, huye hacia el patio de la casa de Comptos de moneda - que luego fue convento de San Francisco - donde es asesinado por Felipe de Beaumont. El hijo del asesinado, Felipe de Navarra que después será el 6º Mariscal del Reyno, fue hecho prisionero por los beamonteses. Muchos agramonteses fueron entonces exterminados en Pamplona, entre ellos el cabo regidor Ugarra, quien fue encontrado escondido dentro de una cuba en la bodega de su casa. La princesa Leonor declaró al conde de Lerín, a su hermano Felipe y a muchos otros beamonteses, reos de lesa majestad y condenados a muerte con confiscación de sus bienes, lo que no se pudo llevar a efecto ya que doña Leonor no llegaba a ejercer autoridad en Pamplona.

Los beamonteses se encontraban entonces muy solos ya que los castellanos estaban ocupados con sus propios problemas internos. Era el tiempo en que, desde 1470, el rey de Castilla Enrique IV había buscado la protección del rey de Francia Luis XI para hacer respetar su autoridad frente a su medio hermana Isabel en ocasión de los conflictos sucesorios con la Beltraneja. Enrique IV había ofrecido al rey francés ceder el litoral vascongado a Francia a cambio de su ayuda. Se había acordado entonces el matrimonio de la “excelente señora” doña Juana la Beltranaja y el hermano del rey, Charles duque de Guyenne (10). El duque se prendó al final de una hija del duque de Borgoña y murió poco después de tuberculosis en Burdeos, el 24 de mayo de 1472, cuando tenía 25 años.

Semanas después, el 21 de julio de 1472, muere inesperadamente a la edad de 50 años cerca de Roncesvalles, el conde Gaston IV de Foix cuando traía socorro de tropas bearnesas a su esposa Leonor en Navarra. Fué enterrado en la iglesia de los Jacobinos de Orthez en Béarn. Sus señoríos en Francia pasan a su nieto Francisco Febo de cinco años de edad - que por ellos se convierte en vasallo de Luis XI - y quedan bajo la tutela de su madre Madeleine de Francia. Antes de morir se habían deteriorado las relaciones de Gaston con su consuegro el rey Luis XI, hasta el punto de que éste se había negado en 1471 a reconocer sus derechos al trono de Navarra. Por ello Gaston se había colocado del lado de los enemigos del rey, el duque de Bretaña Francisco II (11) y el duque de Borgoña Carlos el Temerario. Levantó entonces la Guyenne contra el rey de Francia pero fué un fracaso y hubo de refugiarse en Navarra donde moría poco después.

El 10 de diciembre de 1474 muere en Madrid el rey de Castilla Enrique IV. Tres días después el 13 de diciembre 1474, de acuerdo con el acto de Guisando, su hermana consanguínea Isabel es proclamada reina en Segovia. Pasan varios meses antes de que los partidarios de Juana la Beltraneja se decidan a reclamar sus derechos. A partir de la muerte de Enrique IV entra decididamente en escena Fernando el Católico y tendrá repercusiones inmediatas en los asuntos de Navarra, que tan bien conoce.

Las circunstancias y las alianzas serán ahora distintas:

  • desde el verano de 1470 había comenzado una pugna entre Luis XI de Francia y los príncipes Fernando e Isabel. Luis XI preconizó entonces de acuerdo con Enrique IV, el matrimonio de su hermano el duque Charles de Guyenne con la “excelente señora” doña Juana “la Beltraneja”. La tradicional alianza de Castilla con Francia ha muerto ahora y los dos reinos - con Castilla y Aragón ahora unidos - se disputarán, principalmente en Italia, la hegemonía en Europa. Ya el 14 de junio de 1474 las tropas francesas habían invadido el Rosellón que don Juan había recuperado en enero de 1472.
  • don Juan tiene ahora un firme aliado en Castilla, su propio hijo Fernando. En los asuntos de Navarra, Castilla estará desde ahora siempre de su lado, lo que obligará a los beamonteses a adoptar nuevas decisiones.
  • las opciones que desde ahora pueda tomar doña Leonor serán mucho más comprometedoras que en tiempos de Enrique IV. Continuar su alianza con Luis XI buscando su protección para suceder en el Reyno de Navarra creará de inmediato una afrenta en la Castilla de Fernando e Isabel.

Los asuntos de Navarra van perdiendo importancia estratégica para todas las partes involucradas, excepto quizá para doña Leonor que busca recomponer su alianza con los agramonteses, tan deteriorada después del asesinato del obispo Chavarri en Tafalla por Mosen Pierres de Peralta, leal a don Juan.

Las luchas seguirán todavía entre las facciones navarras pero ya no serán determinantes para el devenir del Reyno. Lo que ocurra en Castilla tendrá seguramente mayor trascendencia. Leonor se siente entonces acosada entre las apetencias de Francia, Aragón y Castilla. Siente que su reino, en el que ni siquiera ha podido ejercer todavía su derecho al trono, se halla amenazado así como sus duramente conquistados derechos sobre el mismo. Fernando el Católico se atrae con facilidad a los beamonteses con lo que no le queda otro remedio a Leonor que apoyarse en su enemigo, el agramontés Pierres de Peralta.La “Beltraneja”, desheredada entonces de Castilla, casa en 1475 con su tío el rey Alfonso V de Portugal y éste pretende la sucesión al trono de Castilla, lo que apoya el rey de Francia Luis XI. Se han descrito los acontecimientos anteriormente pero conviene recordar lo crucial, que será en el año 1476, porque será en ese año cuando Fernando el Católico tome determinaciones sobre el futuro del trono de Navarra. Faltando solamente 3 años para que muera don Juan.

El 18 de junio de 1476 Fernando el Católico había llegado a Vitoria tras haber neutralizado los ejércitos enemigos del rey de Portugal que habían entrado en Castilla. Pasará entonces unos seis meses en el Señorío de Vizcaya y otros territorios vascongados. Acude a Guernica, hace solemne jura de los fueros vascos, recibe la lealtad de ellos, se entrevista en Vitoria con su padre don Juan, con su hermana Leonor, con su cuñado Luis III de Beaumont (con el que entabla una estrecha amistad) y con su enemigo Mosen Pierres de Peralta. Acude a Fuenterrabía y consigue ahuyentar a los franceses de Luis XI que habían asediado la plaza.

En este viaje al norte, don Fernando comprende mejor que nunca que necesita una Navarra en paz y neutralizada pues la invasión de los franceses la esperaba por Navarra. Y en este caso sería muy difícil frenarla, ya que Pamplona y otras fortalezas de Navarra estaban en poder de los beamonteses que se declararían entonces contra Castilla. Don Fernando había visto cómo el ataque francés a Fuenterrabía - entre marzo y junio de 1476 Fuenterrabía sufriría tres ataques de las tropas francesas - había estado mandado por el señor de Albret con el que iban numerosos caballeros navarros de las tierras de Ultrapuertos, entre ellos los Gramont y los Luxa. Para Fernando el Católico fue muy importante lo que le aportó el conde de Lerín. Éste le había tranquilizado cuando en Vitoria disipó sus recelos asegurándole que Navarra no se entregaría jamás a un príncipe extraño sino a su legítimo heredero (12). Agradecido, don Fernando tomó bajo su protección a los beamonteses dando origen a una alianza que años más tarde, en julio de 1512, acabaría sin embargo con la deposición de la dinastía legítima Foix-Grailly del trono de Navarra. El apoyo del rey Católico a los beamonteses pudo también haber tenido como finalidad mantener Navarra desunida.

Tras las entrevistas de Vitoria de 1476 el propio Fernando viene a Tudela a donde llega el 30 de septiembre para conferenciar con los aliados de su padre los agramonteses y con su hija Leonor. Los representantes de Fernando firman los días 2 y 4 de octubre con la Infanta un acuerdo en el que Fernando busca alejar Navarra de la órbita francesa. Se acordó:

    • tregua entre las facciones agramontesa y beamontesa por 8 meses hasta negociar una paz definitiva. El mismo 2 de octubre, en Santa María de Mimanos en las afueras de Tudela, el conde de Lerín y Mosen Pierres de Peralta se prometen recíprocamente la paz.
    • se garantizaba que no habría penetración francesa en el Reyno de Navarra.
    • todas las numerosas plazas fuertes de los beamonteses ( Pamplona, Viana, Puente la Reina, Huarte Araquil, Torralba, Lumbier, Zuñiga, Artajona, Larraga, Lerín, Mendavia, Andosilla, etc) se depositarían con el Rey Católico en tercería. Don Fernando debía correr con los gastos de esas plazas que debían ser devueltas en cuanto se lo pidieran y prometía influir en su esposa Isabel para que devolviera las que se habían tomado en 1463 ( Laguardia, San Vicente, Los Arcos). Poco después llegaban a la guarnición de Pamplona 150 lanzas enviadas por don Fernando.

    • en realidad, los acuerdos constituían una “prenda de seguridad” castellana frente a una penetración francesa. O también, una manera de controlar a los beamonteses al tener sus plazas en tercería con Castilla. Era lo que J.M. Lacarra califica como el “protectorado” de Castilla sobre el viejo Reyno. En realidad se trataba de un importantísimo antecedente o preparación a la futura conquista y cambio dinástico de Navarra en 1512.

Antes del acuerdo de 2 de octubre, también se llegó a pactar que la merindad de Estella sirviera de prenda por el pago pendiente de las cargas soportadas cuando don Fernando socorrió a su padre desde Castilla, sitiado en Perpignan. Este pacto inocuo suponía de nuevo la desmembración del Reyno y levantó la protesta unánime de todos los navarros sin distinción de bandos. Mosen Pierres de Peralta impidió de nuevo que Estella fuese sojuzgada por los castellanos. Desbaratado este pacto, se vino a los acuerdos del 2 de octubre.

Transcurridos los 8 meses de tregua estalló de nuevo la guerra. El conde de Lerín tomó la villa de Estúñiga. Doña Leonor, de acuerdo con su padre, despojó por sentencia pública al conde de Lerín de todos sus estados y bienes, convirtiéndolo en enemigo irreductible.

El rey viudo-consorte de Navarra don Juan muere el 19 de enero de 1479.

“había querido al reino de Navarra como propio
y lo había tratado como ajeno”

Su hija la infanta Leonor hereda el trono de Navarra y su hijo Fernando los reinos de la corona de Aragón.

 

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3 Leonor, “reina por un día”

 

 

Leonor es jurada reina de Navarra en Tudela, el 28 de enero de 1479. Había sido lugarteniente y luego gobernadora del Reyno durante un largo período de espera, desde 1455. Pero su reinado duraría solamente unos pocos días.

La reina Leonor murió el día 12 de febrero del año 1479 en el Palacio Decanal de Tudela.

 

palacio del Deán
catedral de Tudela

 

Al morir, Leonor reivindicó en su testamento todos los títulos de su hermano Carlos de Viana a tenor con lo dispuesto por su madre Blanca I. Dispuso asímismo la reina Leonor que fuera aceptado como heredero su nieto Francisco Febo - hijo primogénito de su malogrado hijo Gaston de Foix Trastamara, II Príncipe de Viana fallecido en 1470- recomendándole que buscara la protección de los reyes de Francia para la defensa de sus estados.

ver Genealogía en la Casa de Foix-Béarn

 

muerte de Gaston de Foix, Príncipe de Viana

Libourne 1470

Vida trágica la de esta “reina por un día”, de ambiciones de no muy alta mira, subyugada por la prepotencia de su padre don Juan y zarandeada por las convulsiones intestinas de un reino, ahora débil, situado entre vecinos cada vez más poderosos.

 

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