Lugares  
    Personajes  
    Mapas  
    Temático  
 

16. Los empeños de Carlos II de Navarra

1  Navarra en un rumbo guerrero 2  el asesinato del condestable Carlos de España
3  Carlos II ambiciona la corona de Francia 4  el Delfín de Francia está a dos juegos
5  el levantamiento populista de Etienne Marcel 6  Carlos II pierde el ducado de Borgoña
7  Carlos II vuelve a Navarra con las manos vacías y ataca Aragón 8  Carlos II en las disputas fratricidas por el trono de Castilla
9  una huída de prisión en Londres y la derrota de Cocherel 10  Duguesclin llega a Castilla
11 batalla de Alesón-Nájera. Pedro el Cruel recupera el trono de Castilla 12  “ni quito ni pongo rey”
13  Castilla firme aliada de Francia 14  el Papa de Avignon protege a Navarra
15  el infante Carlos rehén del rey francés 16  muerte de Carlos II, un rey frustrado       preocupado por su reyno

1 Navarra en un rumbo guerrero

Entrar en la vida de Carlos II de Navarra Evreux - llamado “le mauvais” en Francia, “el malo” por haber disputado la corona a su suegro Jean II “le Bon” (1) - es casi acercarnos a las intrigas del aún lejano Renacimiento, el doble juego, la neutralidad solamente aparente, las ambiciones desmedidas, pero al fin y al cabo la búsqueda del bienestar de su pueblo, la defensa de sus intereses, aunque a fín de cuentas se obtenga solamente una contínua frustración y desengaño.

Ningún otro monarca medieval navarro, capeto por los cuatro costados, ha tenido una experiencia en la que se entremezclan tan íntimamente lo “europeo” y lo “español” como la vivida por Carlos II de Navarra Evreux. Pero ya no es europea en el sentido que tuvieron las experiencias de las Casas de Champaña y de Francia, la primera fomentando un desarrollo interior y modernización de Navarra inspirándose de modelos franceses, la segunda considerando a Navarra más como una senescalía de la corona de Francia que como un reino independiente. Con Carlos II, Navarra toma la iniciativa y marca una notable influencia en los aconteceres de Francia, incluso condicionando estrategias inglesas y francesas en la primera fase de la guerra de los Cien Años. Y luego, cuando Castilla se debate en un sangriento pleito dinástico entre Pedro el Cruel y Enrique de Trastamara, es a menudo en Navarra donde se mueven las estratagemas del Príncipe Negro, Duguesclin y el Pedro IV el Ceremonioso de Aragón con el rey de Navarra instalado siempre en un arriesgado doble juego, atento y arriesgando para buscar un beneficio para su reino.

Carlos II de Navarra Evreux

No hubiera sido posible que Carlos II se quedara al margen de la guerra de los Cien Años si tenemos en cuenta que había heredado en Francia territorios más extensos que los de su propio reino navarro. Esta experiencia del siglo XIV es prolífica en eventos. ¡Cual no sería la sorpresa de los habitantes del puerto de Cherburgo en el Cotentin normando cuando ven arribar la artillería navarra que había embarcado en Bayona, servida por numerosos musulmanes que practican las oraciones y otros preceptos del Corán en el seno de un ejército cristiano¡.

Las incertidumbres dinásticas han acabado para Navarra al fallecer la reina Juana II en 1349 (2) y no volverán a presentarse en el reino hasta el año 1441 cuando muera la última representante de la Casa de Evreux - la reina Blanca I - madre del Príncipe Carlos de Viana y nieta de Carlos II.

Durante su coronación en Pamplona el 27 de junio de 1350 Carlos II - de 17 años de edad y huérfano de padre y madre - tiene el vértigo solitario de la autoridad y está probablemente pensando en lo injusto del pacto que desde el parlamento de París se había impuesto a su madre la reina Juana como condición para que los Valois renunciaran a sus pretendidos derechos sobre la corona de Navarra. La reina Juana renunció a los condados de Champagne y Brie que pertenecían a los monarcas de Navarra desde que Teobaldo I accediera al trono navarro en 1234 y por supuesto también a cualquier pretensión que tuviera sobre el trono de Francia en razón de ser hija única del rey Luis I (Louis X “le Hutin”). Como contrapartida a la renuncia de los condados de Champagne y Brie se habían reservado para la reina Juana los de Angulema, Mortain y Longueville, que nunca le serían efectivamente entregados.

Así es que tan pronto como Carlos II da sangrienta cuenta de los amotinados en el puente de Miluce - muy cerca de Pamplona - para afirmar la autoridad en su reino, vuelve a Francia e inicia una buena relación con el nuevo monarca francés Jean II “le Bon “, segundo rey de la rama capeta de los Valois. Carlos es nombrado en 1351 lugarteniente general de Languedoc - cargo que luego le retira el Rey en favor del condestable Carlos de España - y lucha junto a su cuñado Gaston III Phébus contra los que serán sus futuros aliados, los ingleses, como lo había hecho también su padre Felipe III de Evreux. El rey de Navarra no podrá ya escapar al ambiente de guerrear que dominará largo tiempo la escena europea.

Casa en 1353 con la hija del rey francés, madama Jeanne de Valois (3). Esperaba Carlos II que una vez casado con Jeanne, el Rey le entregaría los condados que le eran debidos pues se habían otorgado a su madre Juana - Angulema, Mortain y Longueville - al acceder la rama Valois al trono y no oculta su pretensión de recuperar los de Champagne y Brie que le habían sido arrebatados sin derecho. Jean II le Bon no solamente no hace la entrega obligada de los tres condados sino que otorga territorios que pertenecen al condado de Angulema a su valido y “muy querido” - “singulare amore” dice Villani - Carlos de España, nieto del desposeído infante Fernando de la Cerda de Castilla, nombrádolo Condestable del reino (4). El anterior condestable, Raoul II de Brienne conde de Eu y de Guines, había sido ejecutado sin juicio en 1350 a su vuelta de prisión con los ingleses en Londres, acusado de haberse pasado al campo inglés.

Fue con toda probabilidad en este momento de cólera por el beneficio otorgado al Condestable cuando Carlos II determinó luchar por conseguir la corona de Francia que injustamente había sido arrebatada a su madre desde 1316, a la muerte de su abuelo materno Luis I (X “le Hutin” de Francia).

 

[ Anterior ] | [ Siguiente ]

 


2 el asesinato del condestable Carlos de España

Carlos II no duda en hacer apresar al Condestable pero los caballeros navarros que ejecutan tal encargo quizá van más allá de las órdenes recibidas y asesinan el 8 de enero de 1354 al Condestable, al que sorprendieron durmiendo en el castillo de Aygle en Normandía (5). Carlos II no solamente no esconde la acción asesina sino que incluso envía embajadores a numerosas cortes - también a Inocencio VI en Avignon - para anunciar la desaparición del funesto Carlos de España. El rey navarro es apresado de inmediato pero ante la intervención de su tía la reina Jeanne de Evreux (viuda de Charles IV “le Bel”) y de su hermana la reina Blanca de Evreux (viuda de Philippe VI de Valois) el rey francés mitigó su cólera y aceptó dar su perdón y satisfacerse imponiendo a Carlos de Navarra una multa para pagar los sufragios por el alma de su amigo el Condestable de Francia.

Pero el rey de Francia ya no cesará hasta su muerte en 1364 en vengar a su amigo el Condestable. Prepara una expedición para entrar en las villas del feudo Evreux en Normandía pero finalmente decide no hacerlo para evitar dar una excusa a los ingleses de iniciar una alianza y venir en ayuda de Carlos II. Juzga más oportuno arreglar todos los conflictos y contenciosos que mantiene con su yerno el rey de Navarra. Se firma el tratado de Mantes el 22 de febrero de 1354 en el que se hace concesiones de vastos dominios en favor del rey de Navarra en Nomandía con objeto de tenerle contento y desanimarle a buscar alianzas con Inglaterra (6). Jean le Bon exige sin embargo a su yerno en el tratado que cese de reivindicar los condados de Champagne y Brie y renuncie al de Angulema, que nunca le había sido entregado. Carlos II ejerce ahora autoridad en vastos territorios en el Cotentin de Normandía, el condado de Beaumont-le-Roger y las castellanías de Breteuil, Conches, Pont-Audemer, Orbec, Valogne, Coutances y Carentan, y obtiene además una sustanciosa cantidad de dinero y rentas de tierras.

 

[ Anterior ] | [ Siguiente ]


3 Carlos II ambiciona la corona de Francia

A pesar del tratado de Mantes la enemistad que se ha creado entre los reyes de Francia y de Navarra es manifiesta y hará que Carlos II busque en adelante una alianza con los ingleses, enemigos de la dinastía de los Capetos. Los logros conseguidos por Carlos II en el tratado de Mantes le animan a conspirar contra Jean le Bon. En 1354 viene el Rey a Navarra para negociar más discretamente su alianza con sus vecinos los ingleses de Aquitania. También envía embajadores a su cuñado Pedro IV de Aragón para que se una con los ingleses contra Francia, lo que no hará el rey aragonés prefiriendo conservar su buena amistad con el rey Jean II “le Bon”. En la primavera de 1355 se embarca Carlos II en Bayona de vuelta a Normandía.

 

posesiones de Carlos II de Navarra
h. 1350

Los territorios que Carlos II había heredado en Normandía de su padre Felipe III de Evreux y algunos más que obtuvo por el tratado de Mantes, eran una baza codiciada que permitiría al rey de Inglaterra tener un pié seguro, además de en Aquitania, en la zona norte costera de Francia. En particular por su valor estratégico, el puerto de la villa de Cherburgo, en el Cotentin normando. Esta plaza había formado parte de la dote de la princesa Jeanne de Francia al casar con Carlos II de Navarra en 1353 y constituía una baza bélica de primer orden que necesitaban los ingleses.

 

 

Carlos II sabe que tiene derechos sucesorios a la corona de Francia de mejor grado que los de Edward III. Cuando el rey inglés se declara en 1337 “rey de Inglaterra y de Francia”, el infante Carlos de Navarra Evreux tenía solamente 5 años y la reina de Navarra era su madre Juana II. Cuando en 1354 asesina al condestable Carlos de España, el infante es ya rey de Navarra y tiene 22 años. Muy astutamente no reivindica entonces el trono de Francia. Edward III lo había hecho 17 años antes y disponía de un ejército - con los famosos arqueros de su hijo el “Príncipe Negro” - que podía derrotar al francés.

La estrategia de Carlos II consiste en aliarse con los ingleses y apoyar - aunque no de forma abierta - las pretensiones inglesas al trono francés con la esperanza muy bien fundada de que si aquellos derrocaban a los Valois, los franceses nunca tomarían como rey a un extranjero, rey de otro país. Eso sería aceptar una dominación extranjera. En cambio él es rey de Navarra - que los franceses ven como parte del reino desde los tiempos de Philippe IV “le Bel” - y francés de sangre capeta por los cuatro costados, es el primer príncipe de Francia. Él no tendría los inconvenientes del rey inglés para hacerse otorgar la corona por los franceses. El rey Edward no ignora sin duda el pensamiento de Carlos pero le interesa proporcionarle ayuda - siempre limitada, corta y nunca suficiente - manteniéndolo en tablas con el rey de Francia y deseando que los conflictos y hostilidades se sucedieran durante un largo tiempo.

Las inconsecuencias que han observado muchos historiadores en las conductas del rey de Navarra - sus conductas ambivalentes - eran sin duda el resultado de la difícil posición en que se encontraba el Rey en esta trama, más que deberse a la violencia de su temperamento o a ligerezas de su carácter como se ha opinado. Como también serán conductas inconsecuentes las que tendrá Carlos II cuando se coloque más tarde en medio del conflicto entre los medio hermanos Pedro el Cruel y Enrique de Trastamara, o entre los aragoneses y los castellanos, tratando de ganar ventajas de quienquiera que saliera vencedor en las contiendas. Un rey astuto y valiente que siempre emprendía vías y caminos tortuosos, de difícil cálculo y llegada y con peligros para su corona.

Viendo la predisposición favorable de los ingleses, el rey Carlos toma iniciativas de guerra. Deja como gobernador en Navarra a Sire Guinchart de Ayarce y en la primavera de 1355 embarca en Bayona, a lo que se prestan de buen grado los ingleses que dominaban la ciudad costera desde los tiempos de Alienor de Aquitania (7), y con unos 10.000 hombres levantados en Navarra y barcos fletados en Fuenterrabía se presenta en el mes de agosto en su puerto de mar y plaza fuerte de Cherburgo en Normandía. Pacifica su feudo de Evreux que había sido recorrido y molestado por su suegro Jean II le Bon y toma Conches, una de las plazas que le había arrebatado éste.

Fue en esta época cuando Jean II “le Bon” estableció un impuesto impopular sobre la sal que ya había inaugurado su padre Philippe VI de Valois (8).Carlos II de Navarra se constituyó entonces en defensor de los descontentos y supo labrarse así una reputación “populista” en Francia que le permitiría más tarde alzarse como líder de los “descontentos” de París a quienes había movilizado Etienne Marcel.

Entretanto, el Príncipe de Gales y su hermano Juan de Gante, duque de Lancaster (9), preparan dos escuadras dispuestas a intervenir contra el rey de Francia y en ayuda del rey navarro que había iniciado correrías y saqueos en las tierras de su suegro el Rey.

Jean “le Bon” es cada día más impopular en su reino, contribuyendo notablemente a ello el restablecimiento del citado impuesto sobre la sal, y comprende la seria amenaza de su yerno Carlos II de Navarra aliado ahora de los ingleses, por lo que no duda en volver a los tratados que siempre al final quedarán incumplidos.

 

[ Anterior ] | [ Siguiente ]

 


 4 el Delfín de Francia está a dos juegos

Ante el éxito de su prueba de fuerza y la humillación de su adversario, Carlos II empieza a concebir ambiciones personales. Para ello induce al Delfín Charles (10), duque de Normandía, a conspirar contra su padre el rey Jean II “le Bon”, pero Carlos de Navarra no ha sabido ver que en definitiva es el Delfín el que está a dos juegos. Carlos II y el Delfín son de la misma generación pero Carlos (nacido en 1332) tiene entonces 24 años y su cuñado (y primo tercero) el Delfín, que le tiene una gran admiración y amistad, solamente 18.

Cenando el Delfín en el castillo de Rouen con su invitado el rey de Navarra el 5 de abril de 1356, son sorprendidos inesperadamente por el propio rey de Francia. Los caballeros normandos de la facción del rey de Navarra son arrestados y decapitados en el acto (el conde de Harcourt, Jehan Maillet, el vizconde de Bernay y otros, todos caballeros normandos de la facción de don Carlos). Carlos II es conducido prisionero al palacio de Louvre en París. De allí pasará a Châtelet, Château-Gaillard (11), Crèvecoeur y finalmente Arleux. Permanece 17 meses en cautiverio en condiciones miserables no propias de un rey - encadenado con grilletes - que los navarros tratan de solventar sin éxito con colectas en su reino. Incluso el Obispo de Pamplona hace sacrificios económicos. A partir del mes de junio de 1356 Jean “le Bon” recupera los territorios normandos de Carlos II. Se rinde la villa de Evreux casi totalmente destruída, también Beaumont-le-Roger, Orbec y otras villas, se pone asedio al castillo de Breteuil y Pont Audemer.

Pero Jean II “le Bon” va a correr entonces idéntica suerte cayendo prisionero de los ingleses. El hermano de Carlos II, el infante Felipe de Evreux Navarra, conde de Longueville, invita al duque de Lancaster a entrar en el Cotentin, en donde desembarca el 22 de junio, recuperando en favor de Carlos II de Navarra para mediados de agosto todas las plazas que había perdido. Mientras el duque de Lancaster se acerca a las puertas de París, su hermano el Príncipe Negro (Gales) sale de Burdeos con sus arqueros y 8.000 soldados y derrota el 19 de septiembre de 1356 en Maupertuis - cerca de Poitiers - al ejército de al menos 15.000 soldados de Jean II “le Bon”.

El rey francés y su hijo Philippe son conducidos prisioneros a Burdeos y luego el Rey a Inglaterra, quedando en París su hijo el Delfín Carlos que asumirá en 1357 la regencia del reino.

Jean II le Bon, prisionero, hace su entrada en Londres

 

Otros tres hijos del Rey y los nobles huyeron precipitadamente dejando al Rey desamparado. Los ingleses y los gascones se disputan a quién vendrá el dinero del rescate pedido. El desastre de Poitiers altera el mapa de Francia, ocurriendo 10 años después del de Crécy y hundiendo el reino capeto en una de sus mayores crisis de la historia. Una tregua de dos años seguirá a la victoria inglesa en Poitiers.

 

Francia en el período 1356 - 1363
tras la batalla de Poitiers

 

En Londres, Edward III ofrece al rey francés la libertad a condición de que reconozca formalmente que el reino de Francia pertenece a la corona de Inglaterra.

Jean II “le Bon” no acepta:

“J’ai reçu de mes cieux un royaume libre;
je le laisserai libre à mes descendants.
Le sort des combats a pu disposer de ma personne,
mais non des droits sacrés de la royauté”

Para entonces Carlos II llevaba ya casi seis meses largos de cautiverio desde la cena de Rouen del 5 de abril cuando fue hecho prisionero. Su hermano el infante Felipe de Evreux dirige entretanto las fuerzas navarras y llega a veces a saquear objetivos enemigos por falta de medios para dar sustento a sus soldados. Así saquea las inmediaciones de Chartres. Con unos 3.000 hombres se apodera de Bernay, Echauffour, Auvilliars y acaba dominando extensas regiones de Normandía que acogerán con júbilo la próxima liberación del rey Carlos II.

 

 

[ Anterior ] | [ Siguiente ]



5 el levantamiento populista de Etienne Marcel

Un año antes de la batalla de Poitiers, en octubre de 1355, el rey Jean II “le Bon” había reunido la Asamblea de los Tres Estados en París para obtener subsidios de guerra, lo que obtuvo el 2 de diciembre a cambio de promesas formales de llevar a cabo ciertas reformas que pidió Etienne Marcel que se hace así popular en París. Con esta financiación el rey formó el ejército que fue vencido en Poitiers en septiembre de 1356.

El burgués Etienne Marcel - mercader de paños, miembro de la cofradía de Notre-Dame y de los peregrinos de Santiago - había sido nombrado “preboste“ de París en los Estados Generales de 1355. Tenía las facultades de un “alcalde” y desde esta función podía controlar todo el comercio de la capital. Pronto se convertiría en el líder del tercer estado (“Tiers État”) en las reuniones de los Estados Generales en los años 1355 y 1356.

Sin demora tras el desastre de Poitiers, el Delfín Charles reúne los Estados Generales el 17 de octubre de 1356 para tratar de la situación en que se encontraba el país, pero la asamblea - que reúne a más de 800 vocales - se convierte en un proceso contra los consejeros del Rey y en una reivindicación de reformas. El partido de los contestatarios está dirigido por el obispo de Laon, Robert Le Coq, partidario de los derechos dinásticos del rey de Navarra Carlos II, entonces todavía en prisión y cuya liberación se exige con gran empeño desde esta asamblea, exigencia que el Delfín no satisface.

En este año de 1356 se declaran la guerra Pedro IV de Aragón y Pedro I el Cruel de Castilla. Ambos reyes solicitan la alianza de Navarra pero el infante Luis de Navarra Evreux, que estaba gobernando en Navarra, supo excusarse y no dio ayuda a ninguno, aunque numerosos caballeros navarros acudieron por su cuenta a la guerra.

Poco después, en diciembre de 1356, estalla una pequeña revuelta en París dirigida por Etienne Marcel contra un proyecto de reforma monetaria del Delfín, conocido como “la mauvaise monnaie(12), que desembocará en otra revuelta mayor de unas 3.000 personas. Etienne Marcel encuentra como principales aliados a los partidarios de Carlos II de Navarra y al obispo de Laon, pero el rey navarro sigue detenido en prisión.

Unos insignes caballeros navarros, disfrazados de peregrinos, habían fracasado en un primer intento de liberar a su rey de prisión. Lo consiguen finalmente el 9 de noviembre de 1357, esta vez disfrazados de carboneros. ¿Es un hecho histórico la liberación de Carlos II por los nobles navarros o forma parte de una leyenda navarra en la que no figura el apoyo y colaboración que debió de haber prestado Etienne Marcel? (13).

 

Tras su liberación, el recibimiento que se le otorga en Amiens y en París es apoteósico.

 

la arenga de Carlos II
en Prè-aux-Clercs

En Pré-aux Clercs, cerca de Saint-Germain en las afueras de París, arenga con gran éxito y elocuencia a unas 10.000 personas convocadas por el preboste de París Etienne Marcel. Expone el rey Carlos (en latín y en romance "oil") sus acusaciones al rey francés, todavía prisionero en Inglaterra, proclamando sus derechos sucesorios a la corona de Francia y alegando la injusta exclusión de su madre Juana al trono de Francia.


 

notas:

  • Philippe IV le Bel había casado con la reina de Navarra y condesa palatina de Champagne, Juana I
  • los "reyes malditos": Louis X y Philippe V son también reyes de Navarra. Charles IV lo es también ·de facto"
  • Juana II de Navarra, reina propietaria de Navarra y postergada en el trono de Francia, casa con Philippe de Evreux (Felipe III de Navarra)

dinastía capeta
1270-1387



Calificó al rey inglés y al francés de “injustos invasores”. Les dijo que quería liberar a Francia de sus tiranos y acusó también a los ministros. El populacho vio en Carlos un salvador. Al finalizar su arenga, los parisinos tomaron el color rojo de la librea de don Carlos en sus gorras. El rey de Navarra incluso consigue abrir las cárceles y libera prisioneros. Ya para entonces Carlos II era una leyenda en Francia. En ocasión del restablecimiento del impuesto sobre la sal en Francia, Carlos II ya se había hecho aladín de los descontentos, atrayéndose un partido popular considerable.

El Delfín Charles estaba de vuelta en París, lo que hizo tan pronto como supo que Carlos de Navarra había sido liberado. Etienne Marcel y numerosos mercaderes acuden al palacio y le obligan a conceder a don Carlos cuanto pida. Llegan a amenazarle:

“Señor contentad en todo al rey de Navarra,
y sea de bien á bien,
por que así conviene”

Carlos II de Navarra ejerce presión sobre el Delfín utilizando siempre la intermediación de sus lugartenientes Pocquigny y Robert Le Coq, obispo de Laon. Carlos es nombrado “capitán de París”. Se le ofrece un palacio en París - la torre de Nesle -, se declara injusta la muerte de sus fieles caballeros normandos en Rouen, se aprueba la restitución de todas las plazas que poseía en Normandía antes de ser hecho prisionero y se concede un perdón general. Incluso se pide que se haga justicia en la pretensión de Carlos de Navarra de recuperar los condados de Champagne y de Brie que el Parlamento de París había arrebatado a su madre Juana y una fuertísima indemnización de 100.000 escudos al contado para cubrir sus gastos de guerra.

Llegan entonces malas noticias de Londres. El rey Jean II “le Bon” cautivo no puede pagar el rescate exigido en Londres y firma en enero de 1358 un tratado por el que está dispuesto a entregar a los ingleses la mitad del territorio de Francia sin dependencia feudal de vasallaje.

Coincidía esto con que el pueblo estaba enardecido de cólera porque el Delfín había hecho arrestar dentro de una iglesa a un platero llamado Mace, que había asesinado al impopular tesorero de Francia Juan Ballet. Allí mismo fue ahorcado a las puertas de la iglesia. Hubo una conmoción popular e intervino el Obispo por haberse violado la inmunidad eclesiástica. La conmoción torna en revuelta y ésta en un levantamiento general contra el Delfín. Fue el 22 de febrero de 1358. Oportunamente Etienne Marcel acapara entonces el poder. El Delfín tiene 19 años y trata de oponerse a Marcel quien entra en el palacio de Louvre con algunos de sus partidarios y penetra en la cámara real. Allí, delante de un Delfín horrorizado, ejecutan cruelmente a sus consejeros Robert Clermont y Jean de Conflans, mariscales de Champagne y de Normandía respectivamente, y humillan al Delfín colocando en su cabeza - “para protegerlo “ - la caperuza azul y roja que había adoptado el pueblo como insignia del levantamiento de París con los colores de Carlos II (14).

Consigue Etienne Marcel que el Delfín otorgue una ordenanza introduciendo un cierto control del gobierno real por parte de los Estados. Entre otras medidas, los nobles ya no podrían quedar dispensados del pago de impuestos y debían abandonar la potestad que tenían de requisar bienes. Etienne Marcel refuerza las fortificaciones de París y organiza la ciudad según modelos de ciudades flamencas o italianas. Es un conflicto entre la burguesía y la realeza que aprovechará más tarde Carlos II de Navarra.

Marcel se alía con los “jacques”, los campesinos en revuelta y parte en provincias para contagiar el levantamiento a otras regiones de Francia. Aprovechando la ausencia de Etienne Marcel, el Delfín después de conseguir del parlamento de París el 14 de marzo algún dinero y tomar el título de Regente, abandona París considerándo la ciudad perdida para su causa y se dirige a Compiègne. Se alía rápidamente el Delfín con los burgueses de Picardía, Artois y Champagne y llega a bloquear la ciudad de París. La burguesía de París se une a su causa, mientras que el pueblo está irritado y desorientado. Por un lado, Marcel se alía con los “jacques” en revuelta en Beauvais y con Carlos II de Navarra. Y por otro lado, Carlos se pone al frente de la represión contra los “jacques” que los aplastará el 10 de junio de 1358.

Marcel Etienne comprende que la lucha se va a librar entre el Delfín y Carlos de Navarra. Ve que su popularidad está en baja y concibe planes para que Carlos, a quien considera un “rupturista” conveniente, asuma la corona a condición de que acepte las reformas que se habían prometido (15).

El Delfín es tenaz y se acerca a París con una numerosa tropa de 30.000 hombres. Tras la represión de los “jacques", Carlos II viene con 6.000 navarros, normandos, ingleses y franceses a París a proteger su ciudad contra el Delfín. Pero, al evaluar las fuerzas de su rival que está en las puertas de la ciudad y la mala defensa de ésta, abandona París dejando el pueblo a su suerte. Finalmente se entiende con el Delfín y obtiene 10.000 libras de renta anual y 400.000 escudos, a recibir en cuatro años.

En la noche del 31 de julio al 1 de agosto de 1358, Etienne Marcel es asesinado con un golpe de hacha en la cabeza por Jean Maillard - un regidor municipal - en la puerta de Saint-Martin de París. La ciudad se somete al Delfín bajo promesa de aministía. Pero cuando el Delfín permite que las casas de los partidarios de Carlos sean saqueadas matando a sus dueños y ejecuta a los partidarios del rey de Navarra, éste declara de nuevo la guerra al Delfín. El canciller de Navarra, Tomas de Ladit, que se hallaba prisionero en París - y bajo la protección del Papa como eclesiástico - es asesinado y lanzado al río Sena. Las luchas entre el Delfín Charles y el rey de Navarra se hacen ahora encarnizadas en numerosas plazas fuertes. Carlos II consigue tomar casi todas las plazas de la región de París (Ile-de-France), quedando la capital prácticamente bloqueada.

En una de sus acciones, el Delfín asedió en 1358 la plaza de Melun donde se encontraba su hermana la reina de Navarra Jeanne de Valois protegida por tropas navarras e inglesas. La plaza capituló el 18 de junio de 1359 permitiendo el Delfín evacuar a la Reina. Fue en esta campaña donde se distinguió por primera vez Bertrand du Guesclin que llamó la atención del Delfín por su valentía y arrojo. Algunos años más tarde, el 2 de octubre de 1370, sería nombrado Condestable de Francia. Poco después, Carlos II recuperaría esta plaza.

Por entonces el rey Jean II “le Bon”, cansado de su cautiverio en Londres, había negociado con Edward III otorgándole concesiones considerables. El 24 de marzo de 1359 firma un segundo tratado (el primero lo había hecho en enero de 1358), pero su hijo el Delfín reúne los Estados Generales el 13 de mayo y un mes después, el 25 de junio, rechazan éstos por inaceptable tales proyectos preparados desde Londres. Se declaran en favor de tomar otra vez las armas contra los ingleses, pero haciendo antes la paz con el rey de Navarra. Carlos II se adelantó a estos acuerdos de paz. Viendo que Francia llegaría a hacer la paz con Inglaterra para liberar a su rey de Londres y que su posición sería entonces insostenible, tomó la iniciativa y propuso una paz al Delfín, asegurándose no obstante conservar las plazas que poseía antes de la guerra y obteniendo una amnistía para sus partidarios. Lo que consiguió. Cuando el rey Jean II supo en Londres que su hijo el Delfín llegaba a acuerdos con el poco fiable Carlos de Navarra, exclamó - según traducción de la época registrada por Yanguas y Miranda -:

“ ¡Ha buen hijo, buen hijo, tu te fias del Navarro
que á ciento como tu los puede vender en un mercado¡”

Edward III endurece la prisión de Jean le Bon encerrándole en la Torre de Londres y vuelve a invadir Francia en 1360 desembarcando en Calais con un imponente ejército. Carlos de Navarra piensa con oportunismo que nadie podrá contra ese ejército inglés y abandona los acuerdos de paz con el Delfín para iniciar nuevas campañas de guerra, tomando varias plazas en Normandía. Edward III se dirige a Reims con idea de hacerse coronar rey de Francia. Pero fracasa en su intento de entrar en la ciudad. También fracasa en las puertas de París donde se encuentra en una situación delicada pues las necesidades de intendencia para su ejército son difíciles de resolver. Opta finalmente por pasar el verano en la región del río Loire en donde su ejército afronta un horrible temporal con inundaciones sufriendo numerosas bajas de hombres y caballos. El rey inglés decide entonces renunciar a los acuerdos de Londres con Jean II “le Bon” y concertar la paz en Brétigny - entre Chartres y París -, llegándose a definir los términos en siete días. Los preliminares se firman el 8 de mayo, siendo el tratado ratificado en Calais el 24 de octubre de 1360. Carlos II se ha quedado en el aire ante estos acontecimientos, pero consigue que sus acuerdos con el Delfín se incorporen a los de Bretigny.

Jean le Bon entra en París tras su liberación

 

Los ingleses declaran libre al rey de Francia el 24 de octubre de 1360. Jean II es liberado contra la promesa de pago de un alto rescate de tres millones de escudos de oro, que nunca pagará, quedando como rehén en Londres su hijo Louis, duque de Anjou, juntamente con otros señores hasta que quede saldado el pago del rescate. Jean II es conducido por los ingleses a Calais a donde acude su hijo el Delfín y Carlos II de Navarra quien en esa ocasión le rinde vasallaje. El 13 de diciembre llega el rey de Francia a París.

 

 

Edward III renuncia entonces a la corona de Francia y a la utilización de flores de lys en sus armas, pero obtiene como contrapartida grandes territorios con gran autonomía respecto a la corona de Francia. Ya no será vasallo del rey de Francia. Las provincias de Poitou, Limousin y Périgord se añaden al ducado de Guyenne (16). Se confirman posesiones que el inglés ya detentaba como la Saintonghe en el norte, además de Ponthieu, obteniendo también la Picardía y la confirmación de Calais. Los ingleses habían conseguido restablecer sus dominios, sin vasallaje, aproximadamente en las mismas fronteras que existieron antes de las conquistas de Philippe II Auguste a principios del siglo XIII. Lo cierto es que al final Charles V no respetó las claúsulas del tratado. Hasta su muerte en 1380, Charles V luchará enérgicamente contra los ingleses, contra el rey de Navarra e incluso contra sus hermanos - que disfrutaban de feudos en “apanage” - persiguiendo siempre defender y ensanchar las posesiones reales.

 

 

[ Anterior ] | [ Siguiente ]

 


6 Carlos II pierde el ducado de Borgoña

En esta situación de inferioridad, Carlos II de Navarra, a quien asistía el derecho al ducado de Borgoña a la muerte el 21 de noviembre de 1361 del duque Philippe I de Rouvres, ve impotente como el ducado es usurpado por el rey de Francia Jean II “le Bon”. El 27 de junio de 1363 el Rey nombra a su hijo Philippe le Hardi - el que había sido hecho prisionero por el Príncipe Negro junto a su padre en la batalla de Poitiers - gobernador del ducado y poco después el 6 de septiembre se lo entrega en “apanage”. Las “lettres de patentes” constituyendo el “apanage” se formalizan el 2 de junio de 1364.

Según las leyes de primogenitura - y no de proximidad de parentesco civil - Carlos II de Navarra debió haber heredado el ducado de Borgoña a la muerte sin hijos de Philippe I de Rouvres, duque de Borgoña (1349-1361) con quien finaliza la primera Casa de Borgoña. Había sucedido éste en el ducado a su abuelo Eudes IV en 1349. Carlos II era el único nieto de la reina de Francia y de Navarra, Margarita de Borgoña - esposa de Luis I (X “le Hutin” de Francia) y hermana de Eudes IV -, que fue la primogénita del duque de Borgoña Roberto II. La madre del rey Jean II “le Bon”, Jeanne de Borgoña, era por quien le llegaban los derechos al rey Jean “le Bon” y no era sino la hermana menor de Margarita. Desde una posición de fuerza, Jean II usurpó el ducado en favor de la corona de Francia alegando sus derechos sucesorios civiles más próximos.

Los otros títulos que detentaba el duque Philippe I de Rouvres siguieron reglas de trasmisión más habituales en Francia: los condados de Borgoña (Franco-Condado) y de Artois fueron a su tía abuela Margarita de Francia, hija de Philippe V “le Long” y a su esposa Jeanne de Bourgogne, mientras que los condados de Auvergne y de Boulogne pasaron a Jean I “sin miedo”.

Ante el hecho consumado de la pérdida del ducado, Carlos II de Navarra

“guardó su razón
para cuando
la espada pudiera protegerla”

 

[ Anterior ] | [ Siguiente ]

 


7 Carlos II vuelve a Navarra con las manos vacías y ataca Aragón

En 1361 nace su hijo Carlos - el futuro Carlos III el Noble - en Mantes. Poco después, pone a su hermano el infante Felipe como gobernador de las plazas que se le habían restituído en Normandía y se embarca en su ciudad de Cherburgo para venir a Navarra. Encomienda la educación del infante Carlos a su hermana la reina Blanca, viuda del rey Philippe VI de Valois (17), en Melun cerca de París. También residía Blanca en Neaufles cerca de Gisors en Normandía. La reina Jeanne viene también a Navarra con el Rey pero volverá a Francia para traer al infante Carlos a la corte de Navarra en 1366, teniendo entonces el infante casi cinco años. Realmente la reina Jeanne había venido a Normandía en 1365 enviada por Carlos II para convencer a su hermano el rey Charles V de la necesidad de sellar una paz y consiguió al menos una tregua. Se retiró entonces a Evreux en Normandía y allí tuvo a su segundo hijo varón Pedro, el que sería conde de Mortain.

Habían transcurrido más de diez años desde su coronación en junio de 1350 y desde entonces, el reino de Navarra había sido gobernado por su hermano el infante Luis, conde de Belmont o Beaumont-le-Roger, que había conseguido mantener a Navarra alejada de la guerra que durante cuatro años había enfrentado a Aragón y Castilla (18).

Mientras Carlos II se encuentra en Navarra todavía hay acontecimientos en Francia que afectan a sus feudos. Hemos dejado el relato cuando el rey Jean II vuelve a París de su cautiverio en Londres. Era el 13 de diciembre de 1360. El tratado de Bretigny había devuelto la paz y en un ambiente de paz Carlos II no hubiera sabido desenvolverse con ventaja. Poco va a ocurrir en Francia hasta el año 1364. De modo que seguimos el relato de lo que sucede en Navarra a la llegada de Carlos II al Reyno.

Se encuentra con un clima de intrigas y ambiciones en Aragón y especialmente en Castilla, clima al que no puede sustraerse. En Francia había cosechado fracasos y frustró sus ambiciones. Y ahora se embarca en un doble juego con Aragón y con Castilla, cuyo objetivo pudo haber sido buscar la neutralidad de Navarra o ¿estaría más bien animado de un deseo de buscar provecho para su reino a costa de Aragón y Castilla?. En cualquier caso, también resultó perdedor y de no ser por la proximidad de su aliado y amigo en la guerra de los Cien Años en Francia, el Príncipe Negro, bien pudo haber perdido su trono navarro.

A su vuelta a Navarra, Carlos sabe que el Príncipe Negro es el hombre fuerte. El 19 de julio de 1362, el rey Edward III de Inglaterra organiza todas sus posesiones y feudos del sud-oeste francés en un gran principado que confiará de por vida a su hijo el Príncipe de Gales. Es un poderoso vecino fronterizo con el reyno navarro. Carlos II no tiene en Navarra fronteras con territorios dominados por el rey de Francia.

En ese momento los reyes de Aragón y de Castilla habían hecho las paces por mediación del cardenal Guillermo Bononiense, por encargo de Inocencio VI. Pero tan pronto como Pedro I el Cruel se entera de la llegada del rey navarro a su reino, le envía embajadores solicitando entrevistarse con él en Soria. Carlos de Navarra pensó enseguida que Pedro el Cruel podía ser un buen aliado, pues el castellano estaba enemistado con Charles, el Delfín de Francia, y era éste su enemigo (19). La alianza se concretó y Pedro el Cruel hizo confidencias al rey navarro en el sentido de que le convenía romper el pacto que hacía poco tiempo había suscrito con el rey aragonés Pedro IV el Ceremonioso (20), cuñado éste de Carlos II de Navarra.

Corría el año 1362 cuando un fuerte ejército castellano de Pedro el Cruel entra en Aragón, sitiando y tomando Calatayud. Carlos de Navarra está dispuesto a ayudar al rey castellano, pero necesita una excusa para enfrentarse con su cuñado el rey aragonés. Y es entonces cuando dice a éste que está agraviado con él por no haberle ayudado cuando estuvo prisionero de Jean II “le Bon” en Francia tras la traición de Rouen. Carlos de Navarra, sin oir lo que su cuñado tuviera que decir al respecto, entra con sus hombres en Aragón y toma Sos y Salvatierra penetrando hasta Jaca y Sobrarbe, en cuyo recorrido acumuló un buen botín, que es lo que probablemente buscaba, pues las Cortes de Tudela no habían sido muy generosas con él respecto a las subvenciones que el Rey les había solicitado.

Pedro IV de Aragón fue astuto sabiendo cómo intentar apartar a Carlos de Navarra de su alianza con Pedro el Cruel. Buen aliado Pedro del rey de Francia y conociendo los contenciosos que tenía el navarro en Francia y la irritación que tenía por la pérdida del poderoso ducado de Borgoña, los embajadores de Pedro IV obtienen del rey francés encargar al rey de Aragón arbitrar - juntamente con seis cardenales - estas diferencias entre Jean II “le Bon” y Carlos II de Navarra. La guerra no obstante seguía y Pedro el Cruel con la ayuda del infante Luis de Evreux, hermano de Carlos II, ganó Borja, Tarazona, Magallón, Teruel, Morviedro y otras plazas, acercándose a Valencia para tomarla.

 

[ Anterior ] | [ Siguiente ]

 


8 Carlos II en las disputas fratricidas por el trono de Castilla

Las cosas se complican para Pedro el Cruel cuando el rey de Francia decide ayudar al aragonés, enviando tropas con 3.000 caballos al mando de un hermano bastardo consanguíneo del propio rey Pedro, Enrique de Trastamara.

Esta complicada trama debía ser del gusto del rey Carlos II de Navarra. Ahora, además de una lucha entre dos reinos, empieza otra fratricida esta vez por el trono mismo de Castilla. Carlos de Navarra está decidido a ser actor en todo ésto y acude a Sos, cerca de la frontera en Aragón, donde se entrevista con su cuñado el rey Pedro IV, con Enrique de Trastamara y con el legado del Papa. Poco se avanza en estas complejas reuniones a varias bandas - en las que Carlos II incluso considera la propuesta que le había sugerido Pedro el Cruel de asesinar a Enrique de Trastamara y quizá lo hubiera hecho de no haber traído éste 800 caballeros para guardar sus espaldas - en las que Carlos consiguió al menos colocarse de mediador entre los reyes de Aragón y de Castilla, lo que no produjo resultados.

No ocurren entretanto grandes acontecimientos en Francia. Jean II “le Bon” sigue reinando en Francia, tiene pocas molestias de los ingleses, pero no puede controlar las correrías devastadoras de los soldados licenciados que se han quedado sin “empleo de guerra”, correrías en las que también participan numerosos navarros por la misma razón. Son conocidos en Francia como “les tard venus” (“tardevenidos”), por haber actuado en un momento en que Francia padecía hambrunas por las pestes y las guerras y había poco botín que hacer en las correrías. También se les conocía como los hombres de las “grandes compagnies”. Tendrá ésto consecuencias en la Península pues, queriendo el Delfín pacificar su país, acabará encontrando “empleo” a muchos de estos “tardevenidos” que serán organizados en las “compañías blancas” por el temible Bertrand du Guesclin y enviados al sur de los Pirineos para ayudar más tarde a Enrique de Trastamara en su lucha fratricida contra Pedro I el Cruel.

La trama sigue complicándose. Calculando con intriga que la lucha fratricida debilitará en cualquier caso a Castilla, Carlos II y su cuñado el rey de Aragón, Pedro IV el Ceremonioso, acuerdan en Uncastillo una liga secreta (21) para repartirse Castilla (incluso quizá también Francia llegado el caso) si llegaran a conquistarla. Carlos II se encarga de la tarea de apoderarse de su propio aliado castellano Pedro el Cruel y en caso de conseguirlo recibiría no solamente los territorios de sus antepasados en Burgos y toda la Bureba y la Vieja Castilla de las Merindades - desde los montes de Oca hasta el mar comprendiendo Álava y Guipúzcoa - sino además Soria y Ágreda. Se incluían además otras numerosas plazas en Aragón, entre otras Jaca, Sos, Uncastillo, Ejea, Tiermas, sin contar con sus ambiciones en el vecino país de Francia, además del ducado de Borgoña. El resto de Castilla sería para el rey aragonés. Las ambiciones de Carlos de Navarra seguían intactas.

Para guardar secreto este pacto y no levantar sospechas, Carlos II organiza un simulacro que debía despistar al rey castellano. El rey aragonés, para aparentar que mantenía malas relaciones con el rey navarro, debía poner en prisión al infante de Navarra Luis de Evreux, hermano del rey, lo que se hizo. Aunque no estuvo mucho tiempo. Es entonces cuando llega la noticia de la muerte en Francia de su otro hermano el infante Felipe que tan indispensable apoyo había dado al rey Carlos II en sus feudos de Normandía.

Los acontecimientos en Francia dan un giro y es prioritario seguirlos, poniendo un paréntesis al conflicto castellano-aragonés.

 

[ Anterior ] | [ Siguiente ]

 


9 una huída de prisión en Londres y la derrota de Cocherel

Louis de Francia, duque de Anjou (que será rey titular de Nápoles, de Sicilia, de Cerdeña y de Jerusalén) está en Londres cumpliendo como rehén hasta que se pague el rescate que se fijó por la liberación de su padre el rey Jean II “le Bon”. Pero antes de completarse el pago huye de Londres en el año 1363. Su padre el rey, ante la flaqueza y falta de caballerosidad de su hijo, se consideró comprometido por el honor y volvió a Londres el 2 de enero de 1364 constituyéndose de nuevo y voluntariamente en prisionero. Murió allí poco después, el 8 de abril de 1364. Sería enterrado en Saint-Denis el 7 de mayo.

El Delfín hereda la corona como Charles V, conocido como “el prudente” (“le sage”) Carlos II sigue en Navarra y le hace saber que no estará presente en su unción y coronación, contraviniendo así un importante deber feudal que tenía contraído por sus posesiones en Normandía.

El Delfín había sometido a los burgueses de París y negociado en Bretigny un tratado con los ingleses. Muerto el rey Jean II, las temibles tropas gasconas de Carlos II de Navarra se encontraban todavía un poco en todas partes y principalmente en los alrededores de París, creando siempre problemas y querellas. A partir de sus posesiones en Normandía, Carlos II estaba tratando astutamente de irse acercando a París para bloquear la ciudad.

En el invierno de 1363 el Delfín había dado la orden al mercenario Bertrand du Guesclin de atacar al infante Felipe de Navarra Evreux y limpiar la región del río Sena. Fracasa Duguesclin en la toma de Rolleboise, pero toma sucesivamente Mantes y Meulan en abril de 1364, coincidiendo con la muerte de Jean II le Bon en Londres, dos importantes plazas fuertes del rey de Navarra en la región de París.

El 19 de mayo de 1364 el Delfín Charles es ungido con los santos óleos y coronado como Charles V. Solamente tres días antes, el jueves 16 de mayo, Bertrand du Guesclin con sus hombres bretones derrota a los navarros y sus aliados los ingleses en la importante batalla de Cocherel, en la orilla izquierda del río Eure cerca de la ciudad de Evreux. Los navarros habían escogido la fecha de la batalla para perturbar la ceremonia de coronación del Delfín.

En la batalla no participó ni el rey Carlos II ni señores de guerra navarros (22). Los navarros estaban al mando del gascón Jean de Grailly, Captal de Buch (23), que cae prisionero y morirá cuatro años más tarde en un calabozo del Temple en París. El rey Charles V “le Sage” recibe la buena noticia de la victoria de Duguesclin el mismo día de su coronación. El condado de Longueville cerca de Dieppe, que pertenecía a los condes de Evreux, es otorgado al vencedor de la batalla. Tras la batalla de Cocherel, el poder y el influjo de Carlos II de Navarra se ha eclipsado completamente en Francia. Además, desde que la corona francesa había llegado a acuerdos de paz con los ingleses en Bretigny las amenazas y correrías de Carlos habían ya tenido menor importancia.

Al año siguiente, en marzo de 1365, Carlos II cede por el tratado de Avignon en favor de Charles V sus posesiones en el bajo Sena, a cambio de serle restituídas sus tierras de Normandía (excepto Mantes, Meulan y el condado de Longueville) y entregarle la villa de Montpellier y sus dependencias. Carlos II renunció entonces a sus derechos sobre los condados de Champagne y Brie y al ducado de Borgoña.

Finalmente, por el tratado de Vernon de marzo de 1371, Carlos II firma acuerdos de paz con Charles V rindiéndole finalmente vasallaje. Con esta victoria de tono diplomático los “navarros” de las plazas de Normandía reconocen la autoridad real francesa aunque conservan sus plazas fuertes. Carlos II hacía ya tiempo que se había ausentado de Francia para ocuparse de su reino de Navarra.

La guerra de los Cien Años seguirá todavía muchos años hasta su desenlace en 1453. Pero no la seguiremos aquí mas que en lo que pudiera relacionarse con el Reyno de Navarra o sus monarcas. Y ésto va a suceder principalmente en la Península a donde había vuelto frustrado Carlos II de Navarra en 1361. Ya habíamos visto arriba cómo Carlos II participó en la guerra entre Aragón y Castilla.

 

[ Anterior ] | [ Siguiente ]

 


10 Duguesclin llega a Castilla

A la muerte en 1350 de Alfonso XI de Castilla, “el Justiciero”, su hijo y sucesor Pedro I el Cruel se ve envuelto en una larga lucha dinástica en la que están implicados los demás reinos cristianos y que adquirió dimensión internacional al interferir con la guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra. Su hermano consanguíneo Enrique de Trastamara le disputa el trono.

En la lucha fratricida entre Enrique y su medio hermano Pedro I de Castilla, el rey de Francia Jean II “le Bon” había tomado partido por el primero. Carlos II de Navarra no lo duda y firma en mayo de 1362 un tratado de alianza con el segundo que tenía el apoyo de los ingleses.

Como se ha visto antes, en la ejecución de esta intriga medieval los reyes de Aragón y de Navarra habían acordado simular una guerra aparente entre ellos para no levantar sospechas en el rey Pedro de Castilla. Organizaron el simulacro que el infante Luis de Navarra quedara prisionero del rey de Aragón en Ribagorza. Pero Pedro el Cruel y Enrique de Trastamara no acababan de entrar en guerra en Castilla y ante la espera Carlos II trató incluso con Enrique en un triple juego del que era maestro.

Pedro el Cruel había pactado la ayuda del ejército inglés del príncipe Eduardo de Gales, el Príncipe Negro, a cambio de buenas sumas del tesoro real. Álava y Vizcaya, protegidas por Castilla, hubieran sido entregadas a Carlos II por permitir el paso de los ingleses por territorio navarro.

Tras haber infligido numerosas derrotas a los navarros en las plazas de Normandía en favor del rey de Francia, llega a Barcelona en 1366 enviado por Charles V el bretón Bertrand Duguesclin - castellanizado como el condestable Beltrán Duguesclín - con las “Grandes Compañías” y las “Compañías Blancas” (24) donde le recibe el rey de Aragón y le otorga la villa de Borja y su castillo con título de conde. Viene enviado en ayuda del contendiente Enrique y para vengar el envenamiento de la esposa de Pedro el Cruel Blanche de Bourbon cuñada del rey de Francia Charles V. La llegada de Duguesclin enciende la contienda.

Entra en Navarra por Tudela, territorio enemigo, y destruye Cascante, Murchante, Ablitas, Monteagudo y Oliva (“los quoales son gastados et estruitos or perpetuo”). Entra en Castilla en marzo de 1366 por Alfaro y llega a Calahorra. Enrique de Trastamara viene también con las Compañías Blancas de Duguesclin. En Calahorra el ejército que traía le aclamó rey de Castilla. A continuación el ejército entró en Burgos que acababa de abandonar Pedro I, recibiendo allí la corona de Castilla de manos del arzopispo.

Don Pedro trata de componer un arreglo con su medio hermano Enrique sin resultado positivo y sintiéndose abandonado por la buena acogida que en todas partes se ofrecía a Enrique, busca refugio en Portugal, pero Pedro de Portugal no le ofrece amparo. Se dirige entonces a Bayona con los ingleses del Príncipe Negro, vecino aquitano de su aliado Carlos de Navarra, quien le otorga amparo.

Enrique de Trastamara se hace con Castilla, licencia las tropas y hace conde de Trastamara a Beltrand du Guesclin como recompensa por sus servicios. Más tarde le otorgaría el ducado de Soria y Molina.

El rey de Navarra recompone y afina entonces su estrategia. Acude a Bayona en donde plantea a sus aliados el Príncipe Negro y Pedro el Cruel la estrategia que debe seguirse, negocia su participación y hace los preparativos de guerra. Pero es solamente el Príncipe de Gales (“el Príncipe Negro” por su armadura) quien puede ahora ayudar a Pedro el Cruel a recuperar su trono castellano y conservar al navarro sus posesiones en Francia. Ultiman sus preparativos en Saint-Emilion, cerca de Burdeos, en donde se firma un tratado el 27 de septiembre de 1366 (también llamado tratado de Libourne). Las claúsulas deben conservarse secretas hasta que Pedro el Cruel conquiste Burgos. Hay que pagar 500.000 florines al inglés que al final tendrían que venir de las arcas de Castilla, si ésta resultara vencida. El rey castellano Pedro hizo entonces regalo al Príncipe Negro de una rica e inestimable pedrería, despojo antiguo de reyes moros que había conseguido sacar de Castilla en su huída.

Carlos II confirma su protagonismo en la contienda y no duda que obtendrá ventajas. En caso de una probable victoria, el Señorío de Vizcaya con los puertos de Bilbao, Bermeo y Lequeitio serán para el inglés. Guipúzcoa y Álava volverán a Navarra con sus villas y castillos, incluso Logroño, Navarrete, Calahorra, Alfaro y Fitero. Además recibirá el navarro 200.000 florines de Castilla que el Príncipe de Gales se compromete a adelantar.

Solamente dos días después de los acuerdos de Libourne, el rey de Aragón hace algo parecido con el rey de Francia Charles V. Si en la lucha fratricida entre los castellanos se imponen sus ejércitos al mando de Duguesclin, el reino de Navarra sería incorporado a Aragón, Francia atacaría la Gascuña inglesa con ayuda aragonesa y tomaría todas las posesiones del rey de Navarra en Francia. Intrigas doblemente entrecruzadas.

Carlos II está todavía en el sur de Francia y probablemente no ha recibido noticia de este acuerdo franco-aragonés. El ejército inglés se prepara, cuando Carlos II se dirige a San Juan de Pié de Puerto y de allí, en compañía de Juan de Gante duque de Lancaster (25), se unen con el Príncipe Negro y Pedro el Cruel en la ciudad landesa de Peyrehorade, no lejos de Bayona. Al final del invierno, cercana la primavera de 1367, ascienden por Ibañeta a Roncesvalles y llegan a Pamplona donde se aloja el ejército anglogascón, preparado ya para la lucha. Se unen al ejército los gascones de los condes de Albret y de Armagnac y las tropas Gaston III Phébus de Foix-Bearn que había casado con Inés, hermana de Carlos II de Navarra.

Cuando todo está preparado para atacar a Enrique de Trastamara con un potente ejército, Carlos II decide entrevistarse secretamente con él en Santa Cruz de Campezo y sellan allí una alianza secreta contra sus propios aliados de Libourne, el destronado Pedro I el Cruel y el Príncipe Negro. El rey de Navarra tiene ahora dos alianzas imposibles, contradictorias. Está obligado a mostrar a los dos contendientes de Castilla y al propio Aragón - ahora que ha llegado la hora de la verdad - una aparente neutralidad. Es su nueva táctica e intriga. Estaba dispuesto a quedar bien con todos sin servir a ninguno. Siempre le había gustado más hablar

“con su elocuencia seducía a los que le podían ser útiles”

e intrigar, que arriesgar en la lucha armada. Era más un precursor de los maquiavelos del Renacimiento que heredero de los épicos reyes navarros del Pirineo, aunque también fué un maestro admirado en el uso de las armas.

Así - para disimular su desleal comportamiento - concibe marchar a Tudela y hace allí el semblante de ser tomado prisionero en un día de caza por un famoso caballero, primo de Duguesclin, Olivier de Mauny (26), guardián del castillo de Borja, a quien engaña.

 

[ Anterior ] | [ Siguiente ]

 


11 batalla de Alesón-Nájera. Pedro el Cruel recupera el trono de Castilla

Si Enrique de Trastamara vence en la contienda, Carlos II podrá al menos conservar su reino, habría pensado en su fingido cautiverio de Tudela. Si el ganador resultara ser Pedro el Cruel con la ayuda del Príncipe Negro, Navarra extendería su territorio recibiendo además una fuerte suma de dinero. Así, con las apuestas bien cubiertas, queda en su fingido cautiverio a la espera de acontemientos.

Martín Enríquez de Lacarra toma el lugar de su rey para conducir a sus aliados de St.-Emilion al lugar del combate. El ejército inglés pasa por Irurzun, Alsasua, Salvatierra y Vitoria. En Logroño hay una primera toma de contacto con las tropas del de Trastamara. Vira entonces el ejército hacia Santa Cruz del Campezo, Viana y de nuevo viene hacia Logroño que seguía mostrando lealtad a Pedro el Cruel.

Al alba del 3 de marzo de 1367, en las llanuras de Aleson, cerca del camino de Santiago entre Navarrete y Nájera, tendrá lugar la batalla donde se lucen los famosos arqueros del Príncipe Negro - como lo habían hecho antes en las batallas en suelo francés - que inclinan el resultado a su favor. Pedro el Cruel quiere que maten a Duguesclin humillado y arrinconado junto a una tapia, pero el Príncipe Negro decide tomar prisonero a tan valiente caballero que le entrega su espada (27). En la primera carga, el infante Tello Alfonso de Castilla, señor de Castañeda, de Aguilar de Campo y de Vizcaya - hermano de Enrique de Trastamara - había preferido huir. Duguesclin es conducido a Burdeos.

Huye también Enrique de Trastamara, quedando prisionero su hermano Sancho y su hermanastro Alfonso Enríquez. El aragonés Pedro de Luna - el que luego será elegido como papa Benedicto XIII de Avignon - acompaña caballerosamente a Enrique de Trastamara por Somport a Francia y allí le recibe Gaston III Febus de Foix-Bearn - su adversario en Nájera - con la misma caballerosidad debida al vencido que con cortesía bearnesa le facilita el paso a Toulouse.

En vista de la victoria, es el momento que hemos visto antes para que el rey de Navarra se ausente de Olivier de Mauny con una falsa promesa de pago de rescate.

El Príncipe Negro eleva a Pedro el Cruel al trono de Castilla el 28 de septiembre 1367. Convencido de que Pedro no cumplirá los compromisos pactados en Saint-Emilion y descontento con las terribles venganzas que lleva a cabo tras recuperar el trono de Castilla, el Príncipe Negro - quizá también debido al comienzo de su enfermedad - vuelve a Gascuña. El rey de Navarra recibe en su reino con grandes fastos al Príncipe y le acompaña con guardia de honor a San Juan de Pié de Puerto, mientras que una parte de sus tropas se entrega al saqueo para acumular botín de guerra en algunos pueblos, como Valtierra. Edward y Carlos deciden mantener su alianza incluyendo todavía a Pedro el Cruel, a pesar de ir éste faltando a sus promesas, ya que Enrique de Trastamara se encuentra preparando un nuevo ejército en Francia con la ayuda de su enemigo común Charles V, ejército que ya tendrá dispuesto en 1368.

A pesar de las reticencias de Pedro el Cruel, el rey de Navarra decide ejecutar los acuerdos de Libourne-Saint Emilion y planta su estandarte real en Vitoria, Salvatierra, Sª Cruz de Campezo, Logroño... (28) y otras plazas, acompañándole Arnalt Lup, señor de Luxa quien le ayuda a financiar económicamente la campaña. Todo parecía terminado y para bien del rey de Navarra que había conseguido extender su territorio. Sus intrigas, sus alianzas, sus simulacros, todo parecía haber tenido éxito.

Pero inesperadamente, antes de lo previsto, Enrique de Trastamara deja Toulouse y cruza los Pirineos de vuelta a Castilla. Otra vez, Calahorra, Burgos, León..., todas las ciudades le abren las puertas. Se repite la misma historia anterior. Duguesclin vuelve también de Francia tras haber sido liberado de Burdeos con el rescate pagado (29) y se une a Enrique de Trastamara en Orgaz.

 

[ Anterior ] | [ Siguiente ]

 


12 “ni quito ni pongo rey”

Huye de nuevo Pedro el Cruel pero esta vez se le da alcance en Montiel. En la pelea le van las cosas mal y muchos de sus hombres huyen. Busca refugio en el castillo y trata de hacer un trato con Duguesclin. Éste lo atrae a la tienda de Enrique haciéndole creer que es para concertar el trato.

Allí, el 22 de marzo de 1369, tras una lucha cuerpo a cuerpo con Enrique - a quien sólo entonces conoció - Duguesclin y el noble catalán Felipe Dalmau (30), sin quitar ni poner rey, ayudan a su señor y Pedro es apuñalado por su medio hermano Enrique.

“ ni quito ni pongo rey
pero ayudo a mi Señor”

Pedro I el cruel

Las ilusiones de Carlos II quedan de nuevo frustradas. Enrique II impone de nuevo su dominación en Álava, Guipúzcoa y Rioja. Carlos II ve incluso su trono amenazado y en su desesperación llega a pactar con el propio Duguesclin quien le rinde vasallaje a cambio de recibir 2.000 libras de renta y la entrega de los castillos de Rochebrune (31) (Vandée, Poitou) y Crituhobun en Normandía.

Con la muerte del rey Pedro I el Cruel en 1369 termina la crisis por la lucha de sucesión abierta en el reino de Castilla (32), pero quien realmente triunfó fue la nobleza rural agraria que fue la que frustró el desarrollo de una burguesía - pujante en otros países en aquella época - abierta hacia el desarrollo industrial, que empezaba ya a consolidarse a finales del siglo XIV en el resto de Europa. Con Enrique II de las Mercedes” o “el fratricida” (1369-1379) se entroniza la dinastía de los Trastamara que dominará todos los reinos de España en el siglo XV, Castilla, Aragón y Navarra. Con esta dinastía, el poder real se deteriora en Castilla por las reividicaciones y turbulencias de la nobleza y se conoce un período de gran decadencia del reino castellano durante los reinados de Juan II de Castilla y León (1406-1454) y de Enrique IV “el Impotente” (1454-1474), hermano consanguíno y antecesor de la reina Isabel la Católica.

 

[ Anterior ] | [ Siguiente ]

 


13 Castilla firme aliada de Francia

Las cosas han salido bien para el rey de Francia. La idea de eliminar un rey castellano aliado de los ingleses como Pedro I y sustituirlo por otro aliado de Francia como Enrique de Trastamara, había sido sugerida a Charles V de Francia por el rey de Aragón Pedro IV el Ceremonioso.

El rey de Francia sabe que tiene un firme aliado en Castilla que le debe el trono y puede ahora contar con la flota de Castilla para atacar a Inglaterra y quebrar su hegemonía marítima. El 23 de junio de 1372 la flota castellana derrota a la inglesa cerca de La Rochelle, lo que permite al rey de Francia tomar territorios y plazas en Poitou, Saintoghe y Angoumois. Y quiere además involucrar a Navarra en esta guerra que prepara para arrebatar a Carlos II los feudos que le aún le quedaban en Normandía. Charles V creyó que ese era el momento para zanjar definitivimante el conflicto con los ingleses y con los navarros que duraba ya muchos años. Lo que no se consiguiría con los ingleses hasta el año 1453.

Carlos II emprende entonces un viaje de exploración diplomática que durará unos dos años. Se dirige en primer lugar a su villa de Cherburgo en Normandía y luego a Inglaterra (1370) para conocer las intenciones del rey Edward III. La reina Jeanne queda en Navarra encargada del gobierno del Reyno con los consejeros Bernardo de Folcaut, obispo de Pamplona y Juan Cruzat, dean de Tudela. Cuando Carlos II vuelve a Francia el rey Charles V quiere atraerlo hacia él para romper definitivamente su alianza con los ingleses y le envía Duguesclin para tratar de acordar una entrevista. Se reunieron ambos reyes en Vernon en donde se ratificaron amistosamente algunos acuerdos anteriores sin mayor transcendencia.

El rey de Navarra había renunciado en 1366 a sus derechos sobre los condados de Brie y de Champagne (33), al ducado de Borgoña, las plazas de Mantes, Meulan en Normandía y al condado de Longueville, habiéndose dado este condado precisamente al temible Duguesclin. A cambio, se confirmó al rey de Navarra sus otras plazas de Normandía y el señorío de Montpellier con sus dependencias y más tarde el condado de Secenon. El rey francés solicitó entonces que Carlos II enviara a su Corte a sus hijos los infantes Carlos y Pedro para que, a modo de rehenes, garantizaran el cumplimiento de los acuerdos por parte de Carlos II. Serían finalmente la infanta María y su hermano Pedro los que vendrían a la corte de Francia.

 

[ Anterior ] | [ Siguiente ]

 


14 el Papa de Avignon protege a Navarra

Mientras gobernaba en Navarra por la ausencia del Rey, la reina Jeanne había sido requerida por Enrique de Trastamara para que restituyera las plazas de las que se había apoderado Navarra durante sus luchas con Pedro el Cruel, principalmente Logroño, Vitoria, Sª Cruz de Campezo y Salvatierra. La Reina remite la solicitud a Avignon para que medie el Pontífice pero Enrique, sin esperar una contestación del Papa, tomó por las armas Sª Cruz de Campezo y Salvatierra, aunque no Logroño y Vitoria que siguieron bajo autoridad navarra.

Carlos II visita entonces a Gregorio XI en Avignon y vuelve a Navarra en 1372. Persigue a los consejeros de la Reina por su mala gestión y debilidad ante las pretensiones de Castilla. Huyen los consejeros - el obispo de Pamplona Filcaut y el dean de Tudela Cruzat - el primero va a Roma y el segundo es alcanzado y muerto en las cercanías de Logroño siendo sus bienes confiscados (34).

Gregorio XI interviene con su arbitraje y por boca de su Cardenal Guido de Bolonia - que más tarde se dijo muerto por orden de Carlos II de Navarra - da a conocer el laudo papal. Los territorios contestados deben volver a Castilla. Navarra se quedará unicamente con los castillos de Laguardia, Buradón y San Vicente. También con el monasterio cisterciense de Fitero y el vecino castillo de Tudejen que ya habían ocupado los castellanos en 1334 y habían sido recuperados poco después para Navarra por el infante Felipe de Navarra Evreux. Propone el Pontífice para sellar el conflicto el matrimonio de la princesa Leonor de Castilla (35) con el primogénito, el infante Carlos de Navarra Evreux, el futuro Carlos III el Noble. Un año después se celebran los esponsales en Briones y luego el matrimonio en 1375 en Soria.

Carlos II no está satisfecho con la decisión del Pontífice pero debe acatarla pues ha salvado con el arbitraje su trono de Navarra.

Tampoco el rey de Francia está contento con estos acuerdos navarro-castellanos pues ello podía redundar en un debilitamiento de la alianza de Francia con Castilla. La reina Jeanne de Navarra, hermana del rey Charles V de Francia, se dirige entonces a la corte de Louvre de su hermano para desvanecer los recelos de éste y muere poco después el 4 de febrero de 1377 durante este viaje, en su castillo de Evreux. Se encuentra enterrada en la iglesia de Saint-Denis en las afueras de París, mientras que el rey Carlos descansa en Navarra.

 

[ Anterior ] | [ Siguiente ]

 


15 el infante Carlos rehén del rey francés

Acababa de morir su aliado el rey Edward III de Inglaterra (21 de junio 1377) sucediéndole su nieto Richard II de diez años ya que su padre el Príncipe Negro le había precedido en 1376. Carlos II de Navarra teme que el rey de Francia Charles V le despoje ahora con cualquier excusa de sus territorios en Francia, lo que en efecto ocurrirá más tarde.

Había enviado al infante Carlos - a punto de cumplir 17 años - a su señorío de Montpellier acompañado del obispo de Dax y luego a sus feudos en Normandía con el malogrado Jacques de la Rue camarero de Carlos II, en una misión delicada que resultaría desastrosa. Los hombres de confianza que acompañan al infante Carlos - de la Rue y Pierre de Tertre - son apresados en París con documentos comprometedores sobre las verdaderas intenciones de Navarra e Inglaterra. Son torturados y de la Rue es ejecutado mientras que Tertre queda un año en prisión, después de revelar acuerdos aún vigentes entre las monarquías navarra e inglesa y las intenciones de Carlos II de envenenar a su cuñado el rey de Francia.

En abril de 1378 había corrido el rumor de un complot de intento de envenenamiento del rey Charles V lo que se atribuyó a los hombres de Carlos II de Navarra. Resultó ello en una ola de arrestos de navarros en las plazas de Normandía. Numerosas plazas son entonces tomadas por el rey francés y prácticamente toda la región de Normandía se incorpora a las posesiones de la corona de Francia.

El infante Carlos es llevado ante el Parlamento de París a oir la sentencia solemne contra su padre el rey de Navarra. Es el despojo de todas sus villas y plazas en Normandía. Cherburgo se defendió obstinadamente permaneciendo con el rey navarro (36). El infante Carlos con sus hermanos Pedro y María son retenidos en el castillo de Vincennes cerca de París en calidad de rehenes.

Al final, en señal de perdón, Charles V otorgaría en “apanage” el condado de Beaumont-le-Roger a Pedro (1366-1412). conde de Mortain, hijo de Carlos II de Navarra. El infante Pedro casaría en Francia con Catherine de Alençon y allí murió (37). El señorío de Montpellier también cayó más tarde en manos del rey de Francia.

El infante Carlos no volvería a Navarra hasta octubre de 1381 tras la muerte en agosto de 1380 del rey de Francia. Los infantes María y Pedro habían sido liberados poco antes.

Pero no acabarían ahí las frustraciones de Carlos II.

Las guerras con Castilla se sucedían sin cesar desde hacia ya años por la negativa de Carlos II a devolver las plazas que había obtenido durante las luchas fratricidas de Castilla y en ocasiones se pudo ver a los ejércitos de Castilla en las puertas de Pamplona - incendio del castillo de Tiebas o Gorraiz - mientras Carlos II pasaba los Pirineos por San Juan de Pié de Puerto para solicitar ayuda a sus vecinos ingleses.

En 1380 muere Enrique II de Trastamara, rey de Castilla, sucediéndole su hijo Juan I. Muerto el mismo año el rey de Francia Charles V “le Sage”, le sucede en el trono Charles VI.

 

[ Anterior ] | [ Siguiente ]

 


16 muerte de Carlos II, un rey frustrado preocupado por su reyno

Al empezar el año 1387 muere Carlos II probablemente a resultas de las quemaduras que se produjo en un accidente doméstico. También se le atribuye muerte por enfermedad de lepra. Un cofre de plata conserva sus entrañas en dos picheles de estaño, soldados por Luan “el estañero”, en la Colegiata de Roncesvalles. Y en su querido Ujué - donde no llegó a materializar el sueño de instalar una universidad - está su corazón en una urna colocada en una hornacina del muro del altar de la iglesia de Santa María. Descansa su cuerpo en la catedral de Santa María de Pamplona. Se tocaron sus campanas quince días con sus noches que estuvo el cuerpo de presente. Fue embalsamado con “mirra, aloes, cicotrin, gali et musuet, sendals, muscacerin, nueces de ciprés, linaloes, alun de roca, resina, goma arabiga y otras drogas”.

Este rey capeto, culto, refinado, astuto, gran conocedor de las armas y de personalidad atractiva aun cuando no se podía confiar en él, ambicionó la corona de Francia. Puso continuamente en jaque a los monarcas franceses con las espaldas siempre bien guardadas por los ingleses, pero en definitiva fué víctima de su temperamento intrigador y de su siglo. Tuvo una constante preocupación por el bienestar de su pueblo. Dicen los historiadores y los archivos dan buena constancia de ello, que a pesar de su malhumorado estreno en las ejecuciones de Miluce, se hizo amar del pueblo.

Sin duda para salir del estancamiento económico a que habían conducido las epidemias de peste con las que inauguró su reinado y las costosas campañas guerreras del rey, Carlos II intentó con empeño atraer la industria artesanal que con tanta pujanza florecía ya en Francia. Cardadores, tintoreros, tejedores son atraídos a Navarra y el Rey patrocina las nuevas fábricas de paños y tejidos en Estella y Tudela. Incluso Olite está a punto de ver nacer una industria de armas. También da acogida a los judíos que se veían obligados a abandonar la Castilla de Enrique de Trastamara, prosperando así las comunidades judías de Viana, Estella, Funes, Monreal, Pamplona y Tudela. En los esfuerzos de reconstrucción y repoblación toman un gran papel los comerciantes, ya fueran los francos de San Cernin y San Nicolás o los judíos, moros y aragoneses que convivían en Tudela, el centro económico del Reyno. Y al mismo tiempo, junto a los desastres y frustraciones del reinado de Carlos II, es el esplendor del arte gótico que más tarde continuará su hijo Carlos III el Noble. Las pinturas góticas murales, algo muy representativo del arte en Navarra en el siglo XIV, son cosmopolitas y reflejan el fuerte intercambio cultural que caracterizó a la Navarra de Carlos II.

Navarra en su tiempo fué un reino europeo que en ningún momento - contrariamente a lo que había ocurrido en reinados anteriores - pudo ser ambicionado por Castilla o por Aragón. Las ambiciones del rey de Navarra al trono de Francia y su estrecha alianza con sus vecinos ingleses seguramente causaban admiración y respeto, a veces temor, en los demás reinos de la Península.

En las reclamaciones y defensa de su patrimonio en Normandía y la cuenca de París, los nobles y caballeros navarros tuvieron incontables ocasiones de conocer y trabar relaciones estrechas con los nobles franceses e ingleses, tejiendo así una cultura cosmopolita que los nobles de otros reinos peninsulares no tuvieron la ocasión de cultivar tan intensamente en la época. Navarra acogía asímismo incontables normandos, borgoñones, picardos, etc. que se sumaban a los innumerables francos que principalmente durante los siglos XI-XIII se habían instalado en ocasión de las peregrinaciones jacobeas. La cercanía de Aquitania de la Inglaterra Plantagenêt potenciaba a través del puerto de Bayona sus intercambios europeos, y la alianza con los ingleses en la guerra de los Cien Años habría acentuado todavía más la influencia europea en Navarra.

 

 

Las contínuas guerras en Francia y luego en Castilla habían dejado exhausto el tesoro navarro. La Gran Peste de 1348 y los contínuos rebrotes en 1361, 1375 y el que ocurriría después en 1383 habían reducido notablemente la población en Navarra. Seguramente obligado por ello Carlos II de Navarra reorganiza la administración de la hacienda y crea la Cámara de Comptos para llevar a cabo “audiciones” de cuentas, que continúa operativa en el siglo XXI. Otorga numerosas franquicias fiscales a localidades enteras, sin duda con objeto de incentivar nuevas repoblaciones especialmente en parajes estratégicos cerca de las fronteras de Castilla. Numerosos castillos y fortalezas habían quedado abandonados sobre todo en la zona de la montaña. Aplicó también políticas de exenciones fiscales y de mercedes que beneficiaban a los lugares más azotados por la desolación producida por las Compañías Blancas de Duguesclin, allí por donde pasaron.

Existe un hecho histórico interesante relacionado con Carlos II. Hay un momento en los comienzos de la Revolución Francesa de finales del siglo XVIII en que el General Lafayette detenta el poder en París. Decide en un cierto momento crear la bandera tricolor que actualmente es la enseña francesa: rojo, blanco y azul. El color rojo lo toma del color populista que invadió las calles de París cuando a mediados del siglo XIV Etienne Marcel apoyó precisamente las reivindicaciones del rey de Navarra Carlos II para hacerse con la corona de Francia. Los partidarios de Carlos de Navarra en París adoptan en su gorro-caperuza el color rojo de la casaca del rey navarro y el color azul, símbolo y enseña de Normandía, en donde Carlos II poseía numerosas plazas en feudo heredadas de su padre Felipe III, conde de Evreux. Lafayette, respetuoso con la Corona, combina el color rojo (populista-revolucionario) y el azul (Normandía de Evreux) con el color blanco de la corona. Cuando el rey merovingio Clodoveo recibe el bautismo del cristianismo en el año 483, un ángel le presentó un escudo con tres lirios blancos (de dónde, la “flor de lis” de la monarquía francesa) sobre fondo azul. Una paloma presentó entonces una ampolla con óleo para ungir a los reyes de Francia en su coronación, una sagrada unción que se utilizó también en el Reyno de Navarra por influencia francesa.

Fueron hijos legítimos de Carlos II:

  • María (1360)
  • Carlos (1361) futuro Carlos III el Noble
  • Bonne (1364)
  • Pedro (1366)
  • Felipe (1368)
  • Juana (1370) que casará en 1403 con Henry IV, rey de Inglaterra
  • Blanca

Además de los hijos ilegítimos que se registran:

  • Leonel
  • Juana.

 

[ Anterior ] | [ Siguiente ]

 

^ Subir ^