2 de 1340 a la muerte de Juana II de Navarra (1349)
El 29 de septiembre de 1337 el obispo-embajador inglés Lincoln había entregado las cartas de “desafío” al rey francés:
“à Philippe de Valois, qui se dit roi en France”
en las que su rey inglés expone su intención de apoyar por la fuerza sus derechos de sucesión a la corona de los Capetos.
El 7 de octubre, en la Abadía de Westminster, el rey Edward III lanza públicamente un desafío a Philippe VI. Contesta su legitimidad y reivindica la corona de Francia. Philippe VI responde confiscando la totalidad de la Guyenne (1). La guerra es inevitable.

Eduardo III de Inglaterra
Un nuevo paso hacia la guerra abierta se da en 1339. Edward III, que había venido a Flandes para enardecer a los mercaderes, artesanos y burgueses, se otorga en Gante el título y las armas del rey de Francia (2): “roi d’Anglaterre et de France”
Los flamencos le rinden vasallaje en diciembre de 1339 prometiéndole ayuda de guerra. Pone el rey en defensa las costas inglesas al saber que los normandos habían propuesto al rey Philippe VI invadir y conquistar Inglaterra para poner en su trono al hijo del Rey, el duque de Normandía, y declara la guerra al rey Philippe VI. Es el obispo Lincoln el encargado de venir de nuevo a París para presentar a Philippe VI la declaración de su Rey.

Felipe VI de Valois
El rey Philippe VI considera prioritario impedir que el ejército inglés pueda desembarcar en el poderoso y rico condado de Flandes. La primera batalla importante de la guerra de los Cien Años será naval. Es la batalla de Ecluse del 24 de junio de 1340.
La flota de Edward III se había hecho a la mar y debía desembarcar en el puerto de Ecluse en la costa de Flandes.Una flota francesa de 120 navíos con 40.000 soldados se adelanta dirigiéndose hacia el puerto de Ecluse cerca de Brujas y bloquea el puerto, quedando a la espera de la llegada de los ingleses. Por la mañana del 24 de junio de 1340 aparecen en el horizonte del mar más de 200 navíos ingleses. Del puerto consiguen salir los navíos aliados flamencos para luchar junto a los ingleses. La flota francesa es atenazada entre dos fuegos y destruída completamente con más de 15.000 muertos. El rey Edward III es herido en la batalla pero sobrevive. Los mandos franceses son hechos prisioneros: Hue Quiéret es decapitado y Nicolas Béhuchet ahorcado en un mástil. Inglaterra queda con el control absoluto del mar. El rey de Francia estaba en tierra con su ejército en espera de los acontecimientos. Nada puede hacer ya. Su vasallo por los feudos de Normandía, el rey de Navarra Felipe III de Evreux está con él. Francia, desprovista de flota, deberá llevar en adelante la guerra a tierra.
Ante la imposibilidad de ambos contendientes de pagar a sus ejércitos, el rey de Inglaterra hace propuestas (3) al rey de Francia y finalmente acuerdan una tregua que se prolonga hasta 1345, período durante el cual ocurre la grave crisis de la sucesión en el ducado de Bretaña y la anécdota de la sal. El rey Philippe había decretado un impuesto sobre la sal y el rey Edward con humor llamó al rey francés “autor de ley salica” en clara referencia a cómo había ocupado oportunísticamente el trono.
En 1346 Edward III relanza la guerra y desembarca en el puerto de Saint-Vaast-La-Hougue ( Cotentin, Normandía) con 20.000 hombres, cuando Philippe VI lo esperaba en Guyenne. La flota inglesa se dirigía a Burdeos pero una tempestad del mar la había llevado hacia Cornuailles y finalmente sobre el Contentin. El inglés tiene el camino libre por el oeste francés tras llevar a cabo una matanza con la población de Caen. Acompañado de su primogénito el Príncipe Negro (4) de 16 años de edad, atraviesa el Sena en Poissy y espera con sus famosos 4.000 arqueros en Crécy (Picardía) al ejército francés de 50.000 hombres que lo siente próximo, bajo el mando del propio rey Philippe y de su hermano el conde de Alençon. Allí ocurre la importante batalla del 26 de agosto de 1346 en donde el ejército francés, que no mostró ninguna organización, es aniquilado. Fue la victoria de los arqueros ingleses contra los arcabuces franceses que resultaban muy lentos de cargar (5). El rey Philippe huye a caballo hasta Amiens. El conde de Alençon muere. Edward III pone entonces sitio a Calais que capitula por hambre el 4 de agosto de 1347, tras ocho meses de asedio (6).
Príncipe Negro
catedral de Canterbury

armas del Príncipe Negro
La peste asolará Calais al año siguiente y será repoblada con ciudadanos ingleses. Será inglesa desde entonces hasta que en 1558, durante las guerras de religión, sea tomada por el duque François de Guise en el reinado de Henri II y luego en 1596 por los tercios españoles de Felipe II, volviendo definitivamente a Francia en 1598 por el Tratado de Vervins en tiempos de Henri IV.
Tras esta victoria inglesa, el rey Philippe VI acepta una tregua que durará hasta su muerte el 12 de agosto de 1350. Es la época del terribles virus de la gran peste pulmonar que se estima redujo la población en Europa en un 30-40% y que sin duda contribuyó a que se prolongara la tregua entre Francia e Inglaterra. La reina de Francia Jeanne de Bourgogne también muere de la peste en 1349, casando ese mismo año el rey Philippe VI de 55 años de edad con la muy joven princesa Blanca de Navarra Evreux hermana del infante Carlos, que ese mismo año 1349 a la muerte de su madre Juana II, asumirá el trono navarro como Carlos II de Navarra,
A la muerte del rey Philippe VI en 1350 - el mismo año de la celebración de su matrimonio - su segunda esposa Blanca de Navarra se encontraba embarazada de una princesa - Jeanne - que murió en Béziers cuando iba a casar con el infante Juan de Aragón.
Menos de diez años después, Edward III volverá a las hostilidades aprovechando el contensioso que se ha creado entre el rey de Francia Jean II “le Bon” que ha sucedido a su padre Philippe VI y Carlos II de Navarra Evreux que reivindica entonces sus derechos al trono de Francia.
Carlos II de Navarra entra en el conflicto.
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