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11. Un nuevo rumbo. La Casa de Champaña

1 un nuevo aporte al crisol navarro 2  reyes de “estranio logar o de estranio lengoage” llegan a Navarra
3 Champagne, un condado resplandeciente en el siglo XIII 4  Teobaldo crea el “Fuero Antiguo”
5  los benéficos influjos champañeses 6  sucesión de los condes-reyes

 


Escudos de Navarra

1 un nuevo aporte al crisol navarro

Navarra ya había iniciado relaciones con su frontera del norte (1) antes del año 1234, pero con la llegada en esa fecha al trono navarro de la Casa condal francesa de Champaña, se inicia un período cercano a 300 años en el que el crisol de culturas fundidas en su territorio no cesará de recibir aportes externos de gran interés. Navarra se abrirá una vez más a recibir una nueva impronta cultural de marcadísimo cuño francés y europeo. Más aún que en tiempos de Sancho III el Mayor, en el siglo XI, Navarra será puente con Europa.

Y no será unicamente por el efecto importantísimo de los peregrinos que desde el norte vienen recorriendo la ruta jacobea, o de los numerosos francos que quizá por razones comerciales y de asilo venían ya hacía algún tiempo estableciéndose en Navarra. Y muy especialmente desde que a principios del siglo XI Sancho III el Mayor hubiera desviado la ruta para llevarla por sitios más seguros y fértiles, desde Pamplona por Estella al valle del Ebro cerca de Logroño.

En esta ocasión, con la llegada de la Casa de Champaña, el crisol navarro de culturas se agitará desde el mismo cetro real.

La Casa de Champaña había llegado al trono de Navarra al quebrarse la sucesión por línea de masculinidad de la dinastía autóctona Jimena restaurada e iniciarse el respeto a los derechos dinásticos de las hembras en ausencia de varón. Sancho VII el Fuerte muere en Tudela en el año 1234 sin descendencia. Su hermana Berenguela había casado en 1191 con el rey de Inglaterra Ricardo I Corazón de León (2) pero tampoco tuvo descendencia. Su sobrino, el conde Teobaldo IV de Champagne - hijo póstumo de otra hermana de Sancho VII el Fuerte ya difunta, Blanca (+ 1222), que había casado con el conde palatino de Champaña y Brie, poderoso Par de Francia - ocupa entonces el trono de Navarra como Teobaldo I (1201-1234-1253).

Los enlaces matrimoniales que la corona de Navarra ha efectuado con las monarquías europeas son probablemente reflejo del deseo del rey Sancho VI el Sabio de encontrar alianzas más allá de los Pirineos para proteger el reino de sus vecinos, cada vez más poderosos y extensos en territorio por el éxito de sus campañas de reconquista contra los moros. Desde la muerte de Sancho VII el Fuerte el año 1234 hasta la usurpación del trono de Navarra por Fernando el Católico en 1512, transcurrirán casi 300 años en los que el trono de Navarra será ocupado por dinastías de origen francés, con la excepción de un período de 38 años que corresponde a la rama navarra de los Trastamara Evreux (3).

Las dinastías autóctonas de Navarra que sin quiebro de sucesión por línea de masculinidad habían reinado en Navarra desde el siglo IX, se habían extinguido a la muerte de Sancho VII el Fuerte.

 

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2 reyes de “estranio logar, estranio lengoage” llegan a Navarra

Nacido hijo póstumo en 1201, el conde Teobaldo IV de Champagne se había educado en la corte de su padrino el rey de Francia Philippe II Auguste. Viviendo en la corte participa en 1214 a los 13 años de edad al frente del ejército de Champagne en la importante batalla de Bouvines (4). A partir del año 1226 Teobaldo toma parte muy activa en los conflictos que ocurren en Francia entre la nobleza y una realeza que quiere ensanchar sus dominios y su autoridad a costa de aquellos. En la cruzada papal contra los herejes albigenses (cátaros), Teobaldo desaprueba el objetivo escondido del Rey de anexionar a la corona el Languedoc que pertenece a su tío Raymond VII de Toulouse (5). Cumple lealmente con su deber feudal de prestar al rey Louis VIII “le Lion” la colaboración de su ejército champañés, pero se limita a cumplir con la obligación de hacerlo solamente durante 40 días, al término de los cuales abandona al Rey el 30 de julio de 1226 en el sitio de Avignon. Cuando poco después el Rey muere en noviembre en Montpensier, los rumores acusan a Teobaldo de haberlo
envenenado.

Incluso la reina viuda regente Blanca de Castilla , a la que Teobaldo profesa admiración y cariño le prohíbe acudir a Reims a la sagrada unción y ceremonial de coronación del heredero, su hijo San Luis de Francia. Será finalmente a comienzos de 1229 en los acuerdos de Meaux, gracias a la intervención del propio conde Teobaldo, cuando queden solventados los problemas albigenses. Llegará el rey Teobaldo I a Navarra en 1234 a los 33 años de edad, lleno de experiencia política y militar. Cinco años más tarde, confrontado con el problema albigense (cátaro) en su propio condado de Champagne, el 13 de mayo de 1239, el inquisidor general del reino de Francia, el dominico Robert le Bougre, llevará a la hoguera en Mont Saint-Aimé 183 cátaros, ante la presencia del rey Teobaldo y toda su corte.

Las difíciles relaciones entre la nobleza y la realeza en ese tiempo en Francia habían colocado a Teobaldo en el centro de las mismas, una experiencia vivida que seguramente habría marcado al Conde y que en 1234, a su llegada a Navarra para asumir el trono del viejo reyno, debió haberle influído notablemente. A su llegada a Navarra quiso conocer en detalle el marco de las relaciones sociales existentes en su nuevo Reyno, pues vió pronto que el feudalismo tal como se había desarrollado en Francia no tenía las mismas características en Navarra. Y ello hizo que Teobaldo I solicitara que se le pusiera todo ello por escrito, lo que dió lugar a la redacción escrita del Fuero.

Casó Teobaldo I tres veces y comprometió peligrosamente su reyno cuando lo otorgó en dote a su hija Blanca habida de su segundo matrimonio con Agnes, una prima hermana del rey de Francia. Surgió por ello un difícil conflicto que se explica más adelante.

Le siguen después en el trono sus dos hijos Teobaldo II (1253-1270) y Enrique I (1270-1274), habidos del tercer matrimonio con Margarita de Borbón. Muerto el rey Enrique I sin descendencia de varón que le sobreviva, debe ocupar el trono en 1274 su hija de dos años de edad, la princesa Juana hasta su muerte en 1305.

La última representante de la casa de Champagne, Juana I de Navarra, será también reina de Francia por su matrimonio con el rey capeto Philippe IV “le Bel”, hijo éste del rey de Francia Philippe III “le Hardi” (+ 1285) y de la infanta Isabel de Aragón, hija de Jaime I el Conquistador. La dinastía de Champagne habría permanecido en el trono navarro 71 años (1234-1305).

 

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3 Champagne, un condado resplandeciente en el siglo XIII

Troyes, la capital del condado de Champaña, tenía a sus espaldas una larga historia. Desde el siglo I se llamaba Augustobona y había sido un nudo importante de rutas romanas que ponían en contacto Milán y Boulogne. En el siglo IV se establece en ella una diócesis eclesiástica. Situada entre Borgoña y la cuenca de París, acrecentó su importancia desde el siglo XI con la incorporación del condado de Meaux y de Blois-Chartres.

El Condado experimenta un fuerte desarrollo comercial a lo largo del siglo XII convirtiéndose en el punto de encuentro de mercaderes venidos del centro de Europa y del Mediterráneo. Sus múltiples mercados y ferias son un fuerte centro de atracción en Francia y proporcionan importantes ingresos a los condes de Champaña. Su importancia justificó ya en 1125 el amurallamiento de la capital lo que también trajo consigo la instalación de una industria textil de renombre y de otras de artículos de cuero.

En la segunda mitad del siglo XIII Troyes es también un importante foco literario donde se cultiva la poesía galante.

primer sello del conde Teobaldo IV
1226

 

A la vez príncipe y poeta, el rey Teobaldo I deja una obra poética entre las más ricas y las más variadas de la producción lírica de los siglos XIII y XIV. Las canciones contienen los temas trovadores de la poesía de amor cortesano distinguiéndose por una cierta desenvoltura aristocrática que mezcla valores de valentía y sentimientos de libertad con otros de seriedad y humor. Transido de amor, Teobaldo es fiel y dedicado a su dama-musa, la reina y regente Blanca de Castilla, madre del rey de Francia San Luis. Dante Alighieri tuvo en alta estima al conde poeta y trovador (6).

Blanca de Castilla y su hijo el rey San Luis de Francia

Numerosas órdenes religiosas se establecen en Champaña. Su cénit coincide con el período de la unión personal del condado champañés y el reino de Navarra. De esa época data la construcción de la catedral de San Pedro y San Pablo en un gótico clásico acabándose más adelante en gótico radiante, siendo en ello, con Saint-Denis de París, una de las primeras manifestaciones de este estilo arquitectónico.

También la construcción de la colegiata de San Urbano pertenece al período de los condes-reyes terminándose también en un magnífico gótico florido.

Eran también condes de Brie, desde finales del siglo X, cuyo centro histórico es Provins y cuya antigua ciudad se documenta ya desde principios del siglo IX. La fabricación de paños era reputada en Provins en el siglo XIII cuando se refuerzan las fortificaciones y acoge la principal residencia de los condes-reyes. A finales del siglo XIII Provins tenía más de 20 edificios religiosos entre iglesias, capillas y conventos, coincidiendo el momento de mayor esplendor con el gobierno de los reyes de Navarra Teobaldo I y Teobaldo II que eligen la ciudad como panteón condal. El corazón de Teobaldo I, muerto en Pamplona en 1253, y Teobaldo II y su esposa Isabelle, están enterrados en Provins.

 

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4 Teobaldo crea el “Fuero Antiguo”

La introducción de la Casa de Champaña, con los cambios significativos que aporta a Navarra de índole política, institucional y económica, marca una verdadera línea divisoria entre dos grandes períodos de la Edad Media. Por un lado la historia propia de nuestro pueblo conducido por monarcas descendientes de caudillos pirenaicos y por otro lado la apertura a nuevos horizontes culturales, económicos y artísticos, en contínuo contacto con el exterior y principalmente con países europeos que prestigia la Navarra de los siglos XIII y XIV.

Bajo una indiscutible influencia champañesa de costumbres más refinadas, que debían en cierto modo chocar con la austeridad y sencillez patriarcal de los anteriores monarcas navarros - refinamientos que el navarro suele mirar de través como a todas las costumbres importadas de hombres menos austeros - las numerosas reformas introducidas por la Casa de Champaña debieron ser acogidas con recelo en el reino. Pero por sus indudables ventajas y prácticos resultados, arraigaron entre las virtudes del pueblo navarro. El “crisol navarro” toma de la nueva dinastía esencias nuevas que lo enriquecerán considerablemente.

Es un período de nuevas experiencias para los navarros. Y es precisamente la llegada al trono de un extranjero lo que provoca un gran interés, incluso pasión popular, por la salvaguardia de los destinos del reino, como se verá más adelante.

Es el momento en que se configuran las monarquías en Europa Occidental, aunque no podrá hablarse todavía de la existencia de verdaderos estados hasta bien avanzado el siglo XV. A partir de ahora, Navarra, conducida por los condes de Champaña, no puede quedar al margen de lo que ocurra en Europa. La futura estabilidad y permanencia del reino se construye definitivamente en el siglo XIII. Castilla y Aragón no abandonan su apetencia para intentar repartirse el viejo reyno, pero saben ahora que los Teobaldos encontrarán aliados en Francia para defender la independencia del reyno.

En la Francia feudal del siglo XIII los condes de Champaña ejercen una notable influencia entre los señores feudales para frenar las pretensiones centralizadoras de la monarquía, que busca ampliar el “domaine royal” en detrimento de los feudos de la nobleza. La situación feudal que se vive en Francia cuando Teobaldo I llega al trono de Navarra en el año 1234 es muy distinta de la que existe en los reinos cristianos peninsulares y ello sin duda tuvo que condicionar la percepción que el nuevo rey debió de tener sobre las relaciones existentes en Navarra entre el rey, la nobleza, el clero y el pueblo llano.

Al llegar a Navarra en el año 1234, Teobaldo I no conoce las costumbres de su nuevo reyno. Al constatar que las relaciones feudales en Navarra eran de distinta naturaleza que las que él había vivido en Francia, debió de necesitar poner por escrito los derechos y deberes sociales. Propone que se constituya una comisión de diez ricoshombres, veinte caballeros e infanzones, diez militares y diez religiosos y el obispo de Pamplona. Nace así la primera redacción de los fueros navarros. Sin duda el no fiarse de un extranjero “ombre de otra tierra o de estranio logar o de estranio lengoage” también habría provocado la necesidad de redactarlos.

La difícil convivencia simultánea de una legislación nobiliaria pactada y de origen real, de múltiples fueros municipales y de clase y de leyes y costumbres de ámbito general, quedan ahora enmarcadas unitariamente en un “Fuero Antiguo”, núcleo del Fuero General y del de Tudela, a los usos del tiempo.

Usando una terminología moderna, los reyes champañeses reconocen una cierta soberanía popular - sin renunciar al origen divino de la corona que se pone de manifiesto en la sagrada unción que reintroduce Teobaldo I en su coronación al trono de Navarra, según la costumbre francesa - y la realidad de una comunidad existente antes que el rey, procediendo en consecuencia a efectuar reformas jurídicas y legislativas basadas en una soberanía en cierto modo compartida, algo insólito en esa época. Iniciaron así una representación popular en Navarra. Quizá sea el Fuero de Teobaldo - después de la Carta Magna inglesa de 1215 - uno de los primeros documentos medievales en Europa que recogen relaciones institucionales de organización social. Se crean entonces dos instituciones especializadas, el Consejo Real y el Alto Tribunal de Justicia, perfilándose la Curia extraordinaria como una asamblea representativa de los estamentos del reino: nobleza, clero y las buenas villas.

A Teobaldo I se le ha calificado en terminología política moderna de “feudal demócrata”, más democrático que los monarcas anteriores por eliminar intermediarios (ricoshombres, infanzones y caballeros que constituían la columna vertebral de la población navarra) para acercarse al pueblo y más autoritario al mismo tiempo. En Francia, como conde de Champagne y Brie, es vasallo del rey. Allí sus súbditos no son vasallos del rey, lo son únicamente del conde. En Navarra quiere que la relación vasallática sea establecida directamente entre el rey y el pueblo. Los nobles recibirán prerrogativas del rey que podrá quitárselas, pero no poseerán feudos por derecho propio.

 

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5 los benéficos influjos champañeses

Los condes de Champaña introducen cambios en Navarra en niveles insospechados y ello en relativamente poco tiempo.

Mientras que Teobaldo I fue proclamado rey de Navarra el 8 de mayo de 1234 en la catedral de Pamplona mediante la tradicional elevación del soberano sobre un escudo blocado, su hijo Teobaldo II consigue del papa Alejandro IV, hacia 1257-1259, ser ungido con los Santos Óleos y coronado, reintroduciendo en Navarra una costumbre sacramental ya entonces practicada por los monarcas franceses. La elevación sobre el escudo ya se había practicado mucho antes por los reyes de Israel y algunos monarcas visigodos y en Navarra había dejado de usarse desde que la Santa Sede negara el título de rey a la monarquía navarra restauradora del año 1134. Ningún otro soberano español había sido antes ungido con los Santos Óleos en la ceremonia de su coronación, algo que no estaba desprovisto de significado, pues indicaba con ello que el poder real, en su origen divino, afirmaba de este modo su superioridad sobre los nobles, que pretendían limitar al rey condicionando su lealtad a que el soberano emitiera el juramento real de respetar sus privilegios.

Con los soberanos champañeses, el reino:

  • delimita sus fronteras y crea y organiza las merindades
  • institucionaliza sus estamentos dando cohesión social a la representatividad en Cortes
  • plasma sus fueros documentalmente
  • establece las competencias y relación entre reino y rey
  • introduce importantes novedades en la economía local y organización de mercados
  • consolida la arquitectura gótica

Los oficios de la corte y los servicios palatinos son totalmente reorganizados al modelo francés (senescal o gobernador, alférez análogo al condestable francés y chambelán que dirige las finanzas y tiende a hacerse hereditario), aunque la mayoría de ellos ya existían en Navarra desde el siglo X-XI.

Puso en peligro su trono en varias ocasiones por la mano dura que tuvieron los Teobaldos con los nobles navarros que ante los nuevos requisitos para probar la hidalguía sentían perder privilegios, especialmente los que habían accedido a la nobleza siendo antes villanos o pecheros. Lo cierto es que los reyes triunfaron en su empeño.

Fomentaron de manera notable una nueva agricultura emprendiendo trabajos de canalizaciones de agua y sistemas de riego. Teobaldo I había encontrado Navarra muy despoblada y trajo numerosos labradores de Brie y Champaña que introdujeron nuevos cultivos desconocidos hasta entonces en Navarra, como señala el Príncipe Carlos de Viana en sus Crónicas:

“e fizo traer de Champaña a Navarra
la natura de las buenas peras et manzanas,
ca mucho amaba la buena fruta”

Con objeto de fomentar el comercio principalmente con Francia, emprenden reformas monetarias ajustando el valor nominal de la moneda a su materia metálica y comprometiéndose a no batir más que una sola moneda en vida del monarca, práctica que aceptan desde entonces los reyes de Navarra. Introducen la contabilidad fiscal sistematizada y la formación de una cancillería estable. Con la aparición de la figura del “merino” se hace efectiva la reorganización territorial administrativa.

Los Teobaldos encuentran a su llegada una Navarra aliada principalmente con sus vecinos de Aquitania, los normandos Plantagenêts que reinaban en Inglaterra. Al encontrarse Navarra privada desde 1200 de sus puertos atlánticos en los territorios vascongados, buscan los Teobaldos a la par que mantener buenas relaciones con la Aquitania inglesa, abrir sin embargo un mayor contacto con la monarquía de Francia, lo que sin duda enriquecería a Navarra y tendría trascendencia lingüística. Consolidan frente a los duques aquitanos la presencia navarra en las tierras de ultrapuertos y obtienen además en 1256 donación del rey de Castilla, Fernando III el Santo, de San Sebastián y Fuenterrabía que abre Navarra al mar. Llegan además a acuerdos con los comerciantes de Bayona para la utilización de su puerto, sin que ello levante suspicacias de los ingleses que controlaban Aquitania.

En el terreno religioso favorecen decididamente la llegada a Leyre de los monjes bernardos blancos del Císter, que florecen por entonces en Francia en detrimento de los monjes negros benedictinos de Cluny. Contribuyen también decididamente al arraigo en Navarra de las órdenes militares efectuando numerosas donaciones patrimoniales a los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén.

Los Teobaldos no se encuentran cómodos en Pamplona, la capital del reino, ya que en derecho era posesión exclusiva del obispo de Pamplona. Quizá por ello prefirieron construir su castillo de Tiebas, en un lugar de paso estratégico muy cerca de Pamplona. El obispo Ximénez de Gazólaz hubo de aceptar sin embargo que Pamplona no fuera una posesión exclusiva episcopal.

Participan también - aunque con poca fortuna - al frente de numerosos caballeros navarros juntamente con otros principalmente de Champagne, en las cruzadas de Oriente animadas por Gregorio IX y Clemente IV, lo que debió de haber sido una provechosa experiencia por la influencia mútua que intercambian los cruzados de diversas culturas, la comunicación entre dos continentes lejanos y los influjos en el arte de guerrear. Los reinos de Castilla y Aragón, ya entonces más ocupados que Navarra en las campañas de la Reconquista, no participaron como Navarra en las Cruzadas de Tierra Santa. Teobaldo I había participado en la sexta cruzada (1239) y su hijo Teobaldo II acompañando a su suegro San Luis rey de Francia en la octava cruzada (1270) (7).

Poco antes de la muerte de su tío el rey Sancho VII el Fuerte el año 1234, Teobaldo I había sido elegido por el Pontífice y numerosos nobles para dirigir una nueva Cruzada a Tierra Santa. Se embarcó en Marsella a mediados de agosto de 1239 en dirección a Acre, luego camino hacia Jaffa, pero un acto de indisciplina causó en Gaza la muerte de 200 de sus hombres y la captura de otros muchos como prisioneros de los infieles. Con la ayuda de Richard de Cornwall, conde de Poitou y hermano del rey Henry III de Inglaterra, Teobaldo consigue del sultán de El Cairo la evacuación de Jerusalén y su restitución a los cristianos (1240).

De vuelta de Tierra Santa en 1241, Teobaldo I trae un “lignum crucis” que entrega en la iglesia de Saint-Laurent-des-Ponts de Provins que desde entonces se conoce como iglesia de la Santa Cruz. Y trae también del jardín del sultán de Damas un rosal que hará plantar en los jardines del palacio de Provins y que será el origen de la afamada rose de Provins (8)

Tras las victoriosas batallas de Taillebourg y Saintes (21-22 julio 1242) en las que Teobaldo I ayuda al rey San Luis de Francia en la guerra contra Henry III de Inglaterra, se dedica prioritariamente a la gestión de su reino y condados, manteniendo una corte brillante en mecenazgos donde la poesía y la música encuentran en Teobaldo, como antes en su abuela Marie de Francia, el mejor representante de su época.

Presiden los reyes champañeses una época de transición artística en que ceden las formas romano-bizantinas favoreciendo los reyes el desarrollo del estilo y sistema de construcciones arquitectónicas ojivales de trazados atrevidamente verticales. Transición que desembocará en el siglo siguiente en espléndidas demostraciones de estilo gótico en Navarra. Si en los siglos XI-XII el estilo románico fué en Navarra fruto de su personalidad hispana aunque tuviera un origen transpirenáico, su cultura se orientaría desde los Teobaldos preferentemente hacia modelos aportados por Francia en la época del gótico.

Cuadro de texto:

armas de Juana I de Navarra y Champagne

Finalmente, se promueve desde la casa real la participación de jóvenes navarros en la universidad de París. La última representante de la Casa de Champagne, Juana I - también reina de Francia por su matrimonio con Philippe IV “le Bel” - otorga un legado a su muerte en 1305 para la fundación en París del Collège de Navarre en el que se explican las ciencias más adelantadas en aquel tiempo. Antes, Teobaldo II había concebido fundar una universidad en Tudela, pero el proyecto no vió la luz.

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6 sucesión de los condes-reyes

En 1248 efectúa Teobaldo I una peregrinación de penitencia a Roma y muere en Pamplona el 14 de julio de 1253 en el palacio del obispo de Pamplona, Pedro Gazólaz, con quien no mantenía buenas relaciones. Fue enterrado en la capilla de Santa Isabel de la catedral de Pamplona, en donde su hijo le construirá más tarde un magnífico panteón decorado por Jean de Chalat, el más prestigioso esmaltador de Limoges. Hoy en día no se conserva más que una placa conmemorativa ya que la tumba fue profanada por los soldados de Robert de Artois, enviado por el regente del reyno de Navarra y rey de Francia Philippe III “le Hardi” durante la guerra civil de los burgos de Pamplona (1276-1277).

Le sucede en el trono navarro su hijo Teobaldo II que casará con la princesa Isabelle, hija del rey San Luis de Francia.

el rey Teobaldo II rinde homenaje a San Luis
por los territorios de los condados de Champagne y Brie

La llegada al trono de Teobaldo II no estuvo exenta de algunas dificultades que pudieron arreglarse con un acuerdo económico con el ducado de Bretaña. A la muerte de su padre, Teobaldo II tiene en 1253 solamente 15 años. Su madre Margarita de Bourbon-Dampierre asume la regencia durante tres años (1253-1256) antes de que su hijo lleve la gestión del condado de Champaña y del reyno de Navarra a los 18 años. Este período está marcado por un litigio sucesorio.

Un año después de su llegada (1234) al trono navarro, el rey Teobaldo I había casado en Château-Thierry el 15 de agosto de 1235 a su hija Blanca (1226-1283) - habida de su segundo matrimonio con Agnès de Beaujeu - con el hijo del conde de Bretaña, Jean le Roux (1217-1237-1286), siendo el reyno de Navarra la dote aportada por Blanca quien debía entrar en posesión del Reyno a la muerte de su padre. Teobaldo (II) no había nacido todavía y nacerá del tercer matrimonio de su padre con Margarita de Borbón.

Al asumir el condado de Bretaña en 1237 por abdicación de su padre Pierre Ier Mauclerc, Jean I le Roux reclama a su cuñado Teobaldo II la herencia navarra en favor de su esposa Blanca. El rey navarro niega este derecho a su hermana consanguínea y el contencioso es llevado al arbitraje del rey San Luis de Francia. Antes de que le fuera sometido este asunto para su arbitraje, San Luis ya era consciente que el conde Thibaud IV de Champagne, aunque ya ostentaba desde hacía un año la corona del reyno de Navarra en 1235, no había respetado su deber de fidelidad al Rey al casar a su hija Blanca sin autorización de su soberano. Teobaldo I era en efecto vasallo del rey francés por los condados de Champagne y Brie en Francia. Estos “desplantes” al Rey no hubieran sido posibles antes de acceder al trono navarro, lo que Teobaldo I no dudó en utilizar algunas veces ante los reyes de Francia. La corona de Navarra había elevado a los condes de Champagne a un rango real, ambición muy buscada por los nobles franceses. San Luis llegó en esa ocasión a concentrar sus huestes en junio de 1236, pero la intervención del papa Gregorio IX y la de su madre Blanca de Castilla permitió la reconciliación en el palacio de Vincennes.

Cuando años más tarde se le solicita el citado arbitraje, San Luis piensa en casar a su hija Isabelle con el rey Teobaldo II de Navarra para reforzar los lazos familiares entre la corona y este importante y rico conde paladino, par de Francia, con gran ascendencia en la nobleza de ese país. Exige San Luis antes de verificar el matrimonio de su hija que Teobaldo II haga las paces con su cuñado el conde bretón. Finalmente Teobaldo II compra al conde de Bretaña los pretendidos derechos sucesorios que pudiera tener su medio hermana Blanca, mediando un precio de 3.000 libras de renta anual. El litigio queda arreglado en el año 1254. Al año siguiente se lleva a cabo el enlace entre Teobaldo II de Navarra Champagne e Isabelle de Francia, de 13 años de edad(9).

Teobaldo II mantiene muy estrecha relación con su suegro San Luis. Adquiere en París un “hôtel” en la calle Saint-André-des-Arts donde reside y no muestra la ocupación que su padre Teobaldo I tuvo por el reyno de Navarra. En 1270 Teobaldo II y su esposa Isabel deciden seguir a San Luis de Francia en la segunda cruzada que el rey hacía a Tierra Santa ( 8 ª cruzada). Se encuentran en Aigues-Mortes, embarcando con la armada real francesa, el 1 de julio de 1270.

Durante el asedio a Túnez cerca de Cartago el cólera hace estragos y muere San Luis el 25 de agosto.

Al acercarse la muerte ordenó el rey que le colocaran sobre un lecho de cenizas y pidió:

 

“O Dieu, ayez pitié de ce peuple qui m’a suivi sur ce rivage;
conduissez-le dans sa patrie;
faites qu’il ne tombe pas entre les mains de vos ennemis,
et qu’il ne soit pas contraint de renier votre saint nom.
Seigneur, j’entrerai dans votre maison;
je vous adorerai dans notre saint temple,
et je glorifierai votre nom”.

Voltaire dijo de San Luis que fue un príncipe:

destinado a reformar Europa y modelo de hombres;
su piedad de anacoreta no le privó de las virtudes de la realeza;
prudente y firme en el consejo, intrépido en los combates,
no hay hombre que haya llevado tan lejos la virtud...

Fué canonizado por el pontífice Bonifacio VIII en 1297 reinando su nieto Philippe IV “le Bel”, casado con Juana I, reina de Navarra.

Teobaldo II muere el 4 de diciembre de 1270 en Trapani (Sicilia) (10) a donde había llegado la flota francesa el 22 de noviembre con los restos de San Luis. La reina Isabelle muere al año siguiente, el 23 de abril de 1271, en la isla de Porquerolles junto a la costa francesa (islas de Hyères).

El poeta champañés Rutebeuf escribió una triste elegía a la muerte de Teobaldo II llena de admiración por el monarca. Es conocida como “La Complainte du Roi de Navarre”.

 

    A la muerte de Teobaldo II sin descendencia le sucede su hermano Enrique I (11) quien en vida había hecho reconocer a su hija Juana como heredera de la corona, nombrando regente del reyno a su esposa Blanche de Artois. Enrique I como le ocurriera a su padre Teobaldo, I muere en el palacio del obispo de Pamplona (julio de 1274) (12).

sello de Enrique I de Navarra Champagne

***

Estas líneas, por necesidad breves, nos hablan de una Navarra que en cierto modo ha dado la espalda a los esfuerzos de la Reconquista y se ha volcado en un intento de organización y gobierno interior modernizador con notable influencia francesa, no sin que ello hubiera provocado en varias circunstancias del reinado de la Casa de Champaña acuerdos entre Aragón y Castilla para llegar a un reparto efectivo del reino pirenáico, que hábilmente pudo evitarse.

Las vecinas provincias vascongadas habían entrado definitivasmente en la órbita de Castilla en el año 1200 y bajo su protección harán su andadura con influencias mucho más “peninsulares” que las “europeas” a las que se había abierto Navarra.

 

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